Hace un par de días he notado que, varios tipejos desconocidos y deslenguados, están entrando a saco en los comments de una crítica que colgué hace ya bastante tiempo. La crítica en cuestión era a la insufrible Be Cool y, en ella, cuestionaba el cameo que Steven Tyler, el envejecido líder de la banda Aerosmith, realizaba en esa película. Por esa nímia referencia a ese personaje, he recibido en el HaloScan todo tipo de insultos, desde gordo virgen a hijo de puta. Cosas de Internet que no me amilanan en lo más mínimo.
Lo que en realidad me alarma, es la manera de darle la vuelta a un texto y cambiarle todo su significado de arriba a abajo. O bien estamos inmersos en un mundo en el que la gente ve más allá de las palabras o, sencillamente, la incultura se está apoderando de la Red. Para que tengan más claro el párrafo en cuestión, les pongo el mismo en su integridad: “...Todo queda muy postizo y apayasado. El film no funciona en ninguna dirección: ni como thriller, ni como comedia gamberra, ni como musical. Y la curiosidad de ver auto parodiándose a Steven Tyler, (el líder de Aerosmith), en lugar de hacer gracia acaba dando cierta pena (penita, pena); quilos de silicona, miles de arrugas y cierto patetismo envuelven la figura de la estrella del rock...”. A partir de aquí no hay ninguna otra referencia al cantante. Sólo hay que fijarse en su pinta, a través de las fotografías de Be Cool que ilustran el post, para entender mi apostilla. Lo contrario, es negarse a una evidencia más que palpable. ¡Si ya asusta sólo con verlo, por Tutatis!
Pues bien: cuatro deslumbrados, miembros de un foro argentino dedicado íntegramente al grupo musical, han entresacado de mis letras que no comulgo en absoluto con la música de la banda de rock y que, por extensión, antepongo el estilo de las Spice Girls por encima del de Aerosmith. En su día (y sigo opinando lo mismo), tan sólo me ensañé con la patética figura, hormonada y desfigurada, que luce en la actualidad Steven Tyler. Y punto. El resto son alucinaciones y falacias (genuinamente fascistas) provocadas a causa del fanatismo llevado al límite. Un fanatismo que, al mismo tiempo, les induce a soltar exabruptos de todo tipo. Insultos que, en caso de haber sido Ramoncín el responsable del texto puesto en solfa, llevaría a los administradores de ese foro (siempre con la ayuda de la SGAE) ante los tribunales. Como muestra, sólo citarles que la instigadora del burdo ataque -una tal Aerosmitha (¡vaya nick más original!)-, asegura que está dispuesta a matarme. Sencillamente delirante.
Si quieren comprobar, in situ, la sarta de comentarios suscitados a raíz del grito de alerta de la tal Aerosmitha (de mi parte, un beso en sus nalgas, señorita), sólo tienen que entrar al siguiente link: Aerosmith 1x5 : Fans Club Argentina. El lenguaje es de lo más soez y amenazador pero, en el fondo, capaz de demostrar la ingenuidad que mueve las mentes de quienes forman ese grupito de fans.
Y total por decir una verdad como un templo: Steven Tyler está hormonado y, a pesar de ello, plagado de arrugas. Una imagen patética que, por mucho que se empeñen los seguidores de la titánica Aerosmitha, no tiene nada que ver con mi parecer sobre la calidad musical de la banda. Por otro lado y como ejemplo, también me resulta dramático el aspecto actual de Jagger o Keith Richards y, no por ello, voy a decir que los Stones hagan un truño de música. Es más, Aerosmith, como banda, no me desagrada (aunque tampoco me entusiasma). Y, al mismo tiempo, no creo que tras mi crítica se esconda un odio furibundo hacia un hombre que no quiere envejecer: con su rostro y su cuerpo es muy libre de hacer lo que le venga en gana (a pesar de asemejarse a un travelo decrépito y en horas bajas). Además, ¿cómo voy a maldecir a un tipo que, gracias a un 50% suyo, ha donado a la Humanidad una cosa tan bella y dulce como Liv Tyler?
Como no pienso ejercer de Ramoncín, y teniendo en cuenta que esa troupe de fanáticos sin criterio me están ofreciendo entradas extras en el blog, sólo me queda por darles a esos foreros un sano consejo: ¡que se las pique un pollo!
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