29.11.10

Sin Leslie

Llegó del planeta prohibido, aterrizó como pudo y nos regaló mil y una sonrisas. Hoy, sin él, el mundo estará un poco más triste.

25.11.10

Fecinema 2010: Las películas de la sección oficial

El pasado 17 de noviembre se abrió en Manresa la XII edición del Fecinema (Festival de Cinema Negre de Manresa). La película proyectada para la sesión inaugural fue el penúltimo trabajo del francés Bertrand Tavernier, En el Centro de la Tormenta, un thriller aún inedito en España, con toques cercanos al fantástico y filmado en tierras norteamericanas. Un Tavernier desangelado, sin fuerza, que se centra en la investigación de una serie de asesinatos llevada a cabo por un agente de policía al que da vida un Tommy Lee Jones que, al igual que el director, se ve incapaz de mostrar su faceta más efectiva. Un aburrimiento sin par y con mínimos detalles salvables. Para el maestro Tavernier, cualquier tiempo pasado fue mejor.

La sección oficial a concurso de cine negro abrió con Schemer, un melodrama holandés que, basado en hechos reales, indaga en la psicología de un grupo de adolescentes que ha decidido asesinar a sangre fría a una compañera de la pandilla. Narrada desde el punto de vista personal de cada uno de los integrantes de la camarilla, la película, un tanto lenta, se pierde en medio de un exceso de flash-backs repetitivos, aunque con la escena del asesinato, muy a lo Patricia Highsmith, se vuelven a levantar los ánimos del espectador. Un producto ante el cual, por su dureza y a pesar de sus irregularidades, resulta difícil permanecer indiferente.

Tras The Christening, film polonés de Marcin Wrona, se esconde el peñazo más insoportable del certamen. Ambientado en la Varsovia actual, indaga en la relación de dos amigos que poseen en común un turbio pasado con la mafia del país. Una gafapastada de mucho cuidado, sin nervio, aunque deudora de un final tan inusitado como estúpido. Un claro ejemplo de lo que significa el uso de la violencia gratuita en el cine.
Neds, la premiada cinta en Venecia y San Sebastián del escocés Peter Mullan, es todo un virulento tratado sobre la educación escolar en el Glasgow de los años 70. Ambientada en el seno de una familia desmembrada, la película se centra en el hijo menor de la misma; un chico influenciado por la pertenencia de su hermano mayor a una banda callejera y por los continuos maltratos físicos que su padre ejerce sobre la madre. Una primera hora hipnótica y perfectamente narrada, junto con la perfecta interpretación del joven Conor McCarron, es lo mejor de un film que, en su tramo final, pierde los papeles en demasiados aspectos. Si a sus 124 minutos de proyección le restaran media hora, se trataría de un producto intachable.
La española Carne de Neón, película que ya pude disfrutar gratamente en Sitges, se convirtió en la indiscutible (y casi diría que cantada) ganadora del certamen, muy por encima del resto de propuestas del Fecinema. Trepidante, divertida, dramática, violenta, almodovariana...: un poco de todo al servicio de una historia original y rompedora, en la que el lumpen de una gran ciudad cobra un protagonismo especial. Quinquis, putas, mafias y polis. El noire en su máxima expresión hispana. Atención a su encomiable montaje y a la excelente dirección de actores. Un hurra para Paco Cabezas, su realizador. Y que le den ya, de una vez por todas, el Goya a la gran Ángela Molina.
Chloe, de Atom Egoyan, tiene en su haber un puntito de morbo y un inesperado giro de guión que me llamó altamente la atención. Las relaciones matrimoniales son el eje principal por el que se mueve la película del director egipcio. Mucho más abierta al gran público que otros de sus productos anteriores, indaga directamente en el mundo de los celos y sus efectos secundarios. Una prostituta y un matrimonio son sus protagonistas: un trío que funciona a golpe de sentimientos y que navega, a la perfección, entre el thriller y el melodrama. A destacar, ante todo, a una soberbia Julianne Moore y el cambio de registro de Amanda Seyfried, la edulcorada hija de Meryl Streep en Mamma Mia! . Lástima de sus últimos diez minutos, muy al estilo de Atracción Fatal y similares. Como diría Jack Lemmon, “nadie es perfecto”.
La alemana Im Schatten (In The Shadows) de Thomas Arslan, está cargada de buenas intenciones..., pero sólo se queda en eso: en las intenciones. De hecho, la historia es típica del cine negro más clásico, pero su tratamiento es tan soporífero que no conduce más que a un déjà vu sin ningún tipo de interés. Un ex convito, un poli corrupto y el atraco a un furgón blindado. Es innegable que La Jungla de Asfalto pulula por ahí, pero no le llega ni a la suela de los zapatos.
La sueca Easy Money, un film digno también visto anteriormente en Sitges, dio paso a la última película a concurso, la norteamericana Los Amos de Brooklyn. Antoine Fuqua, tras la excelente Training Day, vuelve a aproximarse al mundo de la corrupción policial, aunque sin conseguir los mismos resultados que en el título citado. Un arranque impactante y prometedor y un final contundente, abrigan lo mejor de un trabajo que se muestra totalmente irregular en su parte central. La imposibilidad de hilvanar a la perfección las distintas historias que abarca, acaba pesando sobre el espectador. Suerte, de todos modos, de las buenas interpretaciones de gente como Ethan Hawke, Richard Gere o Don Cheadle, con una mención especial incluida a Wesley Snipes en un rol completamente distino.
Hasta aquí la sección oficial a concurso. En un próximo post, más sobre el festival y las gentes que estuvieron por Manresa.

16.11.10

The Fecinema Strickes Back

Mañana, 17 de noviembre, empieza la XII edición del Festival Internacional de Cinema Negre de Manresa, más conocido como el Fecinema; un festival que se alargará hasta el próximo domingo 21. Como es habitual, durante estos días me desplazaré hasta la capital de la comarca del Bages (Barcelona) para disfrutar, entre amigos, de un sinfín de propuestas y de prometedoras películas.

El certamen abrirá sus puertas con In The Electric Mist (En El Centro de la Tormenta), un thriller del francés Bertrand Tavernier filmado en EE.UU. y protagonizado, entre otros, por Tommy Lee Jones, Peter Sarsgaard y Mary Steenburgen. Outrage, una violenta historia sobre yakuzas del siempre peculiar Kitano, será el título encargado de cerrar cinco intensos días de buen cine.

Por el camino, y dentro de la sección oficial a concurso de cine negro, títulos tan atractivos como la morbosa Chloe de Atom Egoyan, con Liam Neeson y Julianne Moore, o la nueva cinta de Antoine Fuqua, Brooklyn’s Finest, un trabajo muy en la línea de su compacto Training Day y con un reparto francamente estelar en donde cabe destacar la presencia de nombres como los de Richard Gere, Ethan Hawke, Don Cheadle o un casi irreconocible Wesley Snipes en un rol muy poco habitual dentro de su filmografía.

La magnífica Carne de Neón de Paco Cabezas, un film en donde la comedia negra y el thriller se dan la mano constantemente, significará la representación española del certamen: un producto ya visto en Sitges y que por su innegable calidad sorprendió tanto a la crítica como al público.

Otra de las posibilidades cinéfilas que ofrece Manresa es una sección paralela de cine fantástico que proyectará media docena de productos, de entre los que resaltaría El Último Exorcismo y The Perfect Host. Y todo ello sin olvidar una muestra gratuita, en el Espacio Placidoscope, de varios títulos del reciente cine negro nórdico.

Y no solo de películas se alimentará el Fecinema. Al igual que en ediciones anteriores, tendrá su propio off festival con actividades paralelas de lo más variopinto. El divertimento de La Primera Hostia, una exposición fotográfica orquestada por Paco Camarasa (el propietario de la librería barcelonesa Negra y Criminal) en la que se mostrarán fotografías de conocidos autores de novela negra en el día de su primera comunión, o la curiosidad de asistir a la recreación de un crimen y su posterior investigación científica (un CSI a la manresana) a través de una presentación realizada por agentes del cuerpo de los Mossos d’Esquadra de Manresa y la colaboración de una juez y una doctora forense, son sólo dos ejemplos de los distintos actos englobados dentro del citado off festival.

El Plácido, premio por excelencia del certamen en honor al film de Berlanga que se filmó en esa población, estará de luto durante toda la edición. No es de extrañar, según me ha comentado Carlos Ortega Kop, director del Fecinema, que se haga un pequeño gran homenaje durante la semana al que fuera uno de los mejores realizadores del cine español.

Un servidor está a punto de hacer las maletas. Cinco días de gran cine me esperan. Volveré a estar con ustedes a partir del próximo lunes. Les dejo, hasta entonces, con el link del festival y la página del Facebook que han montado para la ocasión.

13.11.10

Huérfanos

La familia Leguineche está de luto, mientras que un desconsolado Plácido, pululando por las frías calles de Manresa, aún sigue sin poder pagar la última letra de su motocarro. Y es que el padre de estas criaturas y de un montón más de esperpénticos personajes, nos ha abandonado hoy a los 89 años de edad. Don Luis García Berlanga ha muerto y, con él, hemos perdido uno de los puntales más importantes del cine español; un cine que, gracias a él, se hizo grande.

De Bienvenido Mister Marshall a París Tombuctú. Más de 20 largometrajes avalan una carrera con poquísimos altibajos. Cultivó la comedia cínica como nadie e hizo del género coral su gran territorio, rodeándose casi siempre de un plantel de actores que le venían como anillo al dedo a su particular estilo: Pepe Isbert, José Luis López Vázquez, Fernando Fernán Gómez, Luis Ciges, Cassen, Agustín González, Mary Santpere, Manuel Alexandre, Emma Penella... Un sinfín de ilustres únicos, ya desaparecidos, que al igual que el propio Berlanga, por desgracia nunca volverán a repetirse. A partir de hoy, nuestro cine se ha quedado definitivamente huérfano.

Plácido o El Verdugo son la clara muestra de su valentía a la hora de rodar historias problemáticas durante la época más gris de nuestra historia. España era un país en el que no se permitían ciertos lujos y en cambio, con estos dos títulos, el gran Berlanga sorteó inexplicablemente la censura férrea del momento. Todo un personaje.

Hoy, Rafael Azcona, su leal compañero de fatigas, le está esperando emocionado para darle la bienvenida a su nuevo hogar. Yo, por mi parte y en su honor, pienso celebrar las próximas Navidades tomando turrón de la marca “Planadell y Calabuch”.

Descanse en paz, maestro. Siempre seguirá siendo un placer revisar su filmografía.

12.11.10

Más alla de Facebook

A priori, la propuesta que plantea La Red Social no me interesaba en absoluto. El rollo del nacimiento de Facebook y las relaciones de su creador con su entorno más próximo me la traían al pairo. Curiosamente, tras acercarme a la película, ésta ha acabado por seducirme. Y todo se debe a la elegancia tras la cámara de David Fincher y, ante todo, a la fuerza de un guión magnético que imposibilita cualquier tipo de aburrimiento en el espectador. Un toma y daca de situaciones y diálogos para envolver una historia en donde los celos, los recelos, el estatus social y el poder alcanzan un lugar destacado.

No es de extrañar que tras un guión tan preciso se esconda el nombre de Aaron Sorkin, el mismo que escribiera la mayor parte de libretos de una de las series más prestigiosas de los últimos años: El Ala Oeste de la Casa Blanca. La mordacidad y el ingenio que destilaba la citada serie se han trasladado a los ambientes universitarios por los que transcurre gran parte del metraje de La Red Social.

Facebook y su creador, en el fondo, son lo de menos. Lo importante es el modo de acercarse a ellos: su ritmo, su sentido del humor y la sobria puesta en escena de un Fincher distinto, alejado de sus habituales alardes técnicos y visuales, para centrarse en resaltar el brillante guión que le ha caído en suerte. Un modo excelente de conjugar, al cien por cien, dirección y escritura, una ecuación que queda perfectamente reflejada en su magistral (e intimista) escena final. La magia del cine sigue funcionando.

Otorgarle el papel protagonista a Jesse Eisenberg es tan sólo uno más de los numerosos aciertos de la cintal. El actor, con su controlada interpretación, moldea de forma exquisita el extraño carácter de Mark Zuckerberg, el padre de Facebook, un joven que pretende salir del anonimato para recibir a toda costa un sonado reconocimiento social.

A no perderse el cínico detalle de contar con un efectivo Justin Timberlake para dar vida a Sean Parker, el principal responsable del extinguido Napster. Tiene su coña marinera el meter a un cantante en la piel del personaje que dio el pistoletazo de salida a las descargas musicales ilegales en Internet.

No les dé pereza y denle una oportunidad. Un Fincher a otro nivel pero, a mi gusto, totalmente inspirado y en mucha mejor forma que en El Curioso Caso de Benjamin Button. Casi, casi, a la misma altura que Zodiac.

10.11.10

Oliver, el oportunista

El nacimiento de la actual crisis económica le viene como anillo al dedo a Oliver Stone. Siguiendo con su habitual rol de cronista de la historia norteamericana contemporánea, regresa a las calles de Nueva York y centra de nuevo su mirada en Wall Street, la gran cocina mundial en la que se gestan un sinfín de negocios y de oscuros tejemanejes. Wall Street: El Dinero Nunca Duerme recupera a Michael Douglas y a su particularísimo Gordon Gekko, el malévolo personaje que le hiciera ganar el Oscar a mejor actor hace 22 años.

La cinta arranca en el 2001, justo el día en que Gekko sale de prisión tras haber cumplido una larga condena por fraude financiero, blanqueo de dinero y asociación ilícita. Una elipsis narrativa de siete años da un salto hasta el 2008, momento en el cual el ex convicto vuelve a situarse en el ojo del huracán de los círculos financieros por haber publicado un libro que vaticina el desastre económico que está al caer. A nivel personal intentará recuperar a su distante hija contando con la ayuda de su prometido, un joven y prometedor agente de patentes que se mueve como pez en el agua por el hervidero de Wall Street. La historia parece repetirse de nuevo.

Como trasfondo, la verdadera (y única) sustancia de esta entrega: una interesante exposición de los motivos que han conducido al colapso mundial en el que estamos inmersos, perfectamente sintetizados en la mejor escena del film, la del discurso de Gordon Gekko en la aula magna de una universidad. Una escena brillante, tanto por la claridad definitoria como por el dibujo que realiza de un personaje bipolar que, a pesar de su innegable maldad, logra cautivar al espectador.

Michael Douglas está impecable. Sobrio y misterioso, se come de un bocado al resto del casting. A su lado, Shia LaBeaouf y la prometedora Carey Mulligan son meras sombras, al igual que le sucede a Josh Brolin. Douglas es la película y la película es Gekko elevado a la máxima potencia. No hay mucho más.

Un par de guiños curiosos (el móvil prehistórico que se le entrega a Douglas al salir de prisión o el breve cameo de Charlie Sheen recuperando su papel en Wall Street) junto a las (mínimas) presencias de los entrañables Eli Wallach y Frank Langella, se encargan de dar un poco más de cuerpo a un film que, si no fuera por su gran protagonista y unos cuantos detalles más (también mínimos), resultaría un producto ciertamente vacío y en exceso peliculero (¡por Tutatis, como atufa ese final tan a lo Viva la Gente!).

El oportunismo es el mayor de los dones de Oliver Stone: Crisis económica, película que te endilgo.

6.11.10

El tImoPLUS

Si últimamente se les ha pasado por la cabeza abonarse a Digital + y apuntarse a las opciones de su decodificador Iplus, no lo hagan, créanme. Hacerlo significa entrar en un callejón sin salida, y más si, al igual que yo, de vez en cuando les gusta conservar alguna de las películas que emiten las televisiones (de pago o no) en formato DVD.

Llevo siendo cliente de Digital + desde que se fundó como Canal + en 1990. 20 años ininterrumpidos pagando sin rechistar unas cuotas elevadísimas tan sólo por mi desmesurado amor al cine, aceptando al mismo tiempo cada cambio propuesto por ellos siempre en pos de una mejora técnica y visual. Justo el último mes de julio, dejé el viejo codificador digital para estrenarme con el Iplus, el que ellos consideran el codificador más avanzado del mercado: un disco duro de tropecientos gigas, calidad HD, TDT incorporada, facilidad para programar y, al igual que permitía el codificador clásico, con la posibilidad de verter los archivos almacenados en él en un DVD de sobremesa como copia de seguridad. La hostia en patinete, vaya. El no va más de las plataformas de pago. Lo nunca visto. Y en 3D. Todo muy majo y muy bien vendido. Y caro, ¡carísimo!... como es norma habitual de la empresa.

Una vez el aparatejo en casa, uno descubre que la definición de la imagen es quizás más baja incluso que la del codificador básico. Sus continuas actualizaciones de software hacen que el trasto se desconecte inesperadamente, mientras que los subtítulos de los films (a los que se puede acceder de manera optativa) son de un tamaño tan minúsculo que su lectura se convierte en una verdadera odisea.

Por si fuera poco, a mediados de octubre y con una nueva actualización del terminal, se sacaron de la manga un sistema anticopy que hace imposible almacenar cualquiera de los productos emitidos en un simple DVD de sobremesa. Ni siquiera es posible hacerlo con los de la TDT que incorpora el maldito Iplus. El endiosamiento de sus responsables no tiene parangón: ¡hasta se han convertido en propietarios de los derechos de cadenas que les son totalmente ajenas! Curiosamente, los clientes que siguen abonados al viejo codificador (más barato de mantenimiento), pueden seguir grabando todo aquello que les venga en gana sin problema alguno.

Las quejas al 902 que tienen a disposición del abonado no sirven de nada: sólo para engrosar la factura telefónica y dar de comer a los timadores que manejan Digital +. Cuando uno intenta darse de baja, le dicen que tiene un “compromiso” de 18 meses con la opción Iplus; un “compromiso” que, efectivamente, figura en la letra pequeña del contrato y que, por lo tanto, si se quiere anular, ha de desembolsar directamente a la Cueva de Alibabá y los 40 Ladrones un montón de euros extras. Personalmente, llevo 20 años manteniendo un largo compromiso con ellos y ahora me exigen 18 meses más aguantando la cabronada del anticopy o, en caso contrario, pagar 140 euros, bien para darme de baja o bien para recuperar el antiguo y más efectivo codificador. La impotencia total. Vergüenza les tendría que dar con todo lo que me han ido chupando desde 1990.

En cambio, el compromiso para ellos no existe . Ellos tienen la potestad de torearse con total impunidad a la clientela. Ellos venden un producto de una forma y, a los pocos meses, se pasan por el forro su teórico compromiso con el abonado y le impiden copiar en un DVD externo sin ningún tipo de aviso previo. Una meada en toda regla, con nocturnidad y alevosía, de una prepotencia supina. Por lo que a mi respecta, el Iplus se lo pueden meter donde les quepa.

Piénsenselo mucho antes de apuntarse a Digital + y al engaño del Iplus. Si lo hacen, caerán en sus redes y les tendrán atados y sangrándoles durante 18 interminables meses. No es de extrañar que, en los últimos años, hayan perdido la friolera de más de 2.000.000 de abonados. Y más que van a perder, pues a nadie le gusta sentirse cornudo y apaleado.

Como ven, la delincuencia no sólo está en las calles. En Digital + se roba por el morro. Así se les desplome el chiringuito.