Si últimamente se les ha pasado por la cabeza abonarse a Digital + y apuntarse a las opciones de su decodificador Iplus, no lo hagan, créanme. Hacerlo significa entrar en un callejón sin salida, y más si, al igual que yo, de vez en cuando les gusta conservar alguna de las películas que emiten las televisiones (de pago o no) en formato DVD.
Llevo siendo cliente de Digital + desde que se fundó como Canal + en 1990. 20 años ininterrumpidos pagando sin rechistar unas cuotas elevadísimas tan sólo por mi desmesurado amor al cine, aceptando al mismo tiempo cada cambio propuesto por ellos siempre en pos de una mejora técnica y visual. Justo el último mes de julio, dejé el viejo codificador digital para estrenarme con el Iplus, el que ellos consideran el codificador más avanzado del mercado: un disco duro de tropecientos gigas, calidad HD, TDT incorporada, facilidad para programar y, al igual que permitía el codificador clásico, con la posibilidad de verter los archivos almacenados en él en un DVD de sobremesa como copia de seguridad. La hostia en patinete, vaya. El no va más de las plataformas de pago. Lo nunca visto. Y en 3D. Todo muy majo y muy bien vendido. Y caro, ¡carísimo!... como es norma habitual de la empresa.
Una vez el aparatejo en casa, uno descubre que la definición de la imagen es quizás más baja incluso que la del codificador básico. Sus continuas actualizaciones de software hacen que el trasto se desconecte inesperadamente, mientras que los subtítulos de los films (a los que se puede acceder de manera optativa) son de un tamaño tan minúsculo que su lectura se convierte en una verdadera odisea.
Por si fuera poco, a mediados de octubre y con una nueva actualización del terminal, se sacaron de la manga un sistema anticopy que hace imposible almacenar cualquiera de los productos emitidos en un simple DVD de sobremesa. Ni siquiera es posible hacerlo con los de la TDT que incorpora el maldito Iplus. El endiosamiento de sus responsables no tiene parangón: ¡hasta se han convertido en propietarios de los derechos de cadenas que les son totalmente ajenas! Curiosamente, los clientes que siguen abonados al viejo codificador (más barato de mantenimiento), pueden seguir grabando todo aquello que les venga en gana sin problema alguno.
Las quejas al 902 que tienen a disposición del abonado no sirven de nada: sólo para engrosar la factura telefónica y dar de comer a los timadores que manejan Digital +. Cuando uno intenta darse de baja, le dicen que tiene un “compromiso” de 18 meses con la opción Iplus; un “compromiso” que, efectivamente, figura en la letra pequeña del contrato y que, por lo tanto, si se quiere anular, ha de desembolsar directamente a la Cueva de Alibabá y los 40 Ladrones un montón de euros extras. Personalmente, llevo 20 años manteniendo un largo compromiso con ellos y ahora me exigen 18 meses más aguantando la cabronada del anticopy o, en caso contrario, pagar 140 euros, bien para darme de baja o bien para recuperar el antiguo y más efectivo codificador. La impotencia total. Vergüenza les tendría que dar con todo lo que me han ido chupando desde 1990.
En cambio, el compromiso para ellos no existe . Ellos tienen la potestad de torearse con total impunidad a la clientela. Ellos venden un producto de una forma y, a los pocos meses, se pasan por el forro su teórico compromiso con el abonado y le impiden copiar en un DVD externo sin ningún tipo de aviso previo. Una meada en toda regla, con nocturnidad y alevosía, de una prepotencia supina. Por lo que a mi respecta, el Iplus se lo pueden meter donde les quepa.
Piénsenselo mucho antes de apuntarse a Digital + y al engaño del Iplus. Si lo hacen, caerán en sus redes y les tendrán atados y sangrándoles durante 18 interminables meses. No es de extrañar que, en los últimos años, hayan perdido la friolera de más de 2.000.000 de abonados. Y más que van a perder, pues a nadie le gusta sentirse cornudo y apaleado.
Como ven, la delincuencia no sólo está en las calles. En Digital + se roba por el morro. Así se les desplome el chiringuito.
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