31.12.15

Recopilando (I): Lo más mejor del 2015

31 de diciembre. En una fecha tan señalada, y siguiendo con la tradición, hoy toca remarcar las que han sido, a mí gusto, las diez mejores películas del 2015, el año que nos deja. Al igual que siempre, algunos títulos brillantes han quedado fuera de la lista, tal y como ha sucedido con el sorprendente thriller Frío en Julio, la bofetada soltada por Cronenberg al mundo y a la hipocresía del Hollywood actual a través de Maps to the Stars o las consistentes El Puente de los Espías o la rusa y cáustica Leviatán.

Sin más dilación, aquí tienen las 10 mejores del año. Y, como siempre, de menor a mayor relevancia. O sea, del 10 al 1.

10.- Mad Max: Furia en la Carretera. 30 años después de su última entrega, el australiano George Miller vuelve a recuperar a Mad Max, su héroe postapocalíptico, con la misma energía con la que firmó el segundo título de la serie, ese trepidante Mad Max: El Guerrero de la Carretera. Cambia a un envejecido Mel Gibson por Tom Hardy, aunque le regala el mejor papel de la entretenida e imparable cinta a Charlize Theron, una heroína con un brazo amputado que, atendiendo por Imperator Furiosa, es capaz de ensombrecer y dejar en un segundo plano al mismísimo Mad Max. Filmada a la vieja usanza y conservando aún los mismos y entrañables tics ochenteros de la vieja trilogía, este es uno de los títulos con más "trempera" vistos en el 2015. Pura adrenalina.


9.- Del Revés, o mejor dicho, “desde dentro hacia afuera”, tal y como reza su título original, Inside Out, es un envidiable título de animación que, cocinado a medias entre la Pixar y la Disney, se sumerge en el interior del cerebro de una niña para mostrar, de forma ingeniosa, cómo funcionan y gestionan los distintos tipos de emociones y sentimientos dentro de la cabecita de los más pequeños de la casa. Divertida y emotiva, sólo peca de un pequeño problema: es una cinta que, a pesar de estar pensada para el público infantil, atrapará muchísimo más, por su complejidad, al público adulto. Imprescindible.


8.- KIngsman: Servicio Secreto. Un acelerado, ingenioso y entretenido guiño al mundo de 007 y similares a través de una comedia que rebosa humor por todos sus poros y en donde un veterano espía británico aborda la educación de un joven y novato agente recién fichado. Gamberra y políticamente incorrecta, potencia a un divertidísimo Colin Firth a niveles de comediante aún desconocidos en su carrera, al tiempo que le regala la mejor y más violenta escena de la función, la de una masacre en una iglesia capaz de no dejar títere con cabeza. Atención a sus últimos y desmadrados minutos: todo un homenaje la locura final del Casino Royale de los años sesenta, en nada encubierto y mostrándose capaz de superar al original en muchísimo detalles. Canela en rama.


7.- Nightcrawler.  Un thriller sencillamente espeluznante que, centrándose en la figura de un hijoputa integral, se adentra en los rincones más oscuros y perversos del periodismo sensacionalista. Una fábula negra ambientada entre cameramans freelances que viven del filmar accidentes de todo tipo para vender después sus imágenes al mejor postor. Un Jake Gyllenhaal espléndido y repulsivo a partes iguales, se convierte en el alma mater de un film sólido, capaz de ir directo al grano y de dejar en pelotas el negocio sucio de ciertas televisiones, al tiempo que hace un magistral dibujo de un ser altamente desagradable, sin escamotear en detalles ni en gruesas gotas de humor negro. Sobria, visceral y, por momentos, aterradora.


6.- Sicario. El canadiense Denis Villeneuve no deja de sorprender al espectador con propuestas ciertamente contundentes. Ahora, partiendo de un thriller sobre el narcotráfico que podría haber repetido el esquema típico y tópico de este tipo de productos, le da la vuelta a la historia y deja enmudecidas a las plateas debido a su tremenda originalidad y, sobre todo, por la mala leche que destila toda su trama. Filmada con cierta (aunque muy estudiada) parsimonia e insertando, en su narración, brotes de inusitada y rotunda violencia. La frontera entre México y Estados Unidos como gran protagonista de una crítica visceral al sistema norteamericano, en donde la CIA y ciertos estamentos gubernamentales quedan perfectamente retratados y en pelota picada. Y, de propina, en sus respectivos papeles, Benicio del Toro y una sobria Emily Blunt, están que se salen. Para repetirla y descubrir, en sus tripas, nuevos y sorprendentes detalles.


5.- Hipócrates. A pesar de las apariencias, no es una película más sobre hospitales; Hipócrates habla de la precariedad laboral que sufren los trabajadores de la Sanidad Pública y de los recortes presupuestarios en el sector, así como de los absurdos protocolos médicos a seguir que se muestran incapaces de respetar la voluntad de los pacientes en cuanto a últimas voluntades se refiere o los errores médicos derivados de una mala gestión hospitalaria. Una crítica contundente firmada por el francés Thomas Lilti quien, con su segunda película, orquesta un trabajo inteligente y tan honesto consigo mismo que, aparte de la loanza implícita al esfuerzo del colectivo de trabajadores de la Sanidad por realizar sus tareas bajo mínimos, no esconde, por ejemplo, que, en ocasiones, el cuerpo médico, excepto honradísimas excepciones, se deja llevar más por los intereses propios y de la Administración (tapando incluso sus oscuros trapicheos) que por el bienestar de los enfermos ingresados. Un producto necesario, valiente y, en parte, aterrador que vela por salvaguardar una Sanidad Pública que, en la actualidad, está hecha una puta mierda.


4.- La Conspiración del Silencio. Una dura crítica a la sociedad alemana que, ambientada 15 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, y a través de la figura de un joven fiscal, muestra cómo importantes instituciones germanas y algunos miembros del gobierno están involucrados en una conspiración cuyo fin es encubrir los horribles crímenes cometidos por los nazis durante la contienda; una conspiración de la que también era cómplice la misma sociedad civil. De corte clásico, revelador y sorprendente en muchísimos aspectos, se acerca a la verdad de la historia desde un prisma absolutamente clarificador. A pesar de tratarse de una producción alemana, está dirigida con total templanza por el italiano Giulio Ricciarelli. Atención a la fabulosa y modélica interpretación de Alexander Fehling, el inexperto letrado que se da de bruces con la realidad de un país capaz de silenciar una realidad asfixiante.


3.- La Profesora de Historia. Basada en un caso verídico ocurrido en la actualidad en un Instituto francés, nos muestra la lucha de una profesora de historia que, ante la dificultad de avanzar con los alumnos de una clase problemática y multirracial, propondrá a éstos la posibilidad de formar parte de un concurso a escala nacional para hacer un trabajo en común que cuente lo que significó ser adolescente en un campo de concentración nazi. Emotiva y tierna a partes iguales, da una vuelta de tuerca al género sobre escuelas conflictivas al tiempo que afronta el genocidio nazi desde una perspectiva tan didáctica como conmovedora y en la que destaca, por su fuerza interpretativa, Ariane Ascaride, la actriz que da vida a una maestra capaz de colocar a títulos míticos como Rebelión en las Aulas y similares a años luz de esta propuesta.


2.- Birdman o (La Inesperada Virtud de la Ignorancia). Una brillante pirueta técnica y artística, rodada por el mejicano Alejandro González Iñárritu en un único y sorprendente plano secuencia (aunque evidentemente manipulado) y protagonizada por un Michael Keaton en estado de gracia. A medio camino entre la comedia y el melodrama, nos muestra los devaneos psíquicos de un actor que vivió tiempos mejores dando vida en la gran pantalla a un superhéroe y que, en la actualidad, prepara su debut teatral en los escenarios de Broadway a través de una obra protagonizada y dirigida por él. Una joya en estado puro tras la que se esconde una especie de pesadilla infernal, con tintes fantásticos, humorísticos y cáusticamente trágicos. Una gozada que arremete contra los designios de la fama y su inevitable devenir pasajero. Y, de propina, una sonora bofetada al mundo de la crítica teatral y cinematográfica. Sencillamente soberbia.


1.- Un Día Perfecto. Alejado de la dirección durante 5 años, Fernando León de Aranoa vuelve a la carga con un film ambientado durante el ocaso del conflicto de Los Balcanes, tiempo durante el que un reducido grupo de cooperantes vivirá una auténtica pesadilla ante la incomprensión de los Cascos Azules por un problema de sanidad pública. El realizador madrileño se aproxima a un tema duro al que sabe maquillar con un muy particular sentido del humor negro. Lleno de situaciones tan esperpénticas como magnéticas y adornada con un sinfín de brillantísimos (e ingeniosos) diálogos, transcurre un film ágil y capaz de atrapar al espectador en su trama desde su primera e impactante escena. Buena parte de su magnetismo radica en el personaje de un sobresaliente Benicio del Toro en una de las mejores interpretaciones de su extensa filmografía, mostrándose capaz de dotar de una profunda entidad a “Mambrú”, el cooperante al que da vida. Una buena lección de cómo hacer que una historia que podría haber resultado de lo más deprimente y angustiosa, derive hacia un producto entretenido y divertido, aparte de contener un final tan sorprendente como esperanzador.


Y, durante los primeros días del año que está a punto de nacer, lo más peor del 2015.

Feliz Año Nuevo.