Uno de los regalos que me cayeron las pasadas navidades fue una película en DVD (¿por qué será que todos me regalan deuvedés? ¡qué cosa más rara, recórcholis!). Se trataba de Be Cool, un título que no había visto en su estreno y que se trata, ni más ni menos, que de una secuela de Cómo Conquistar Hollywood, la irregular cinta de Barry Sonnenfeld, protagonizada por John Travolta y basada en una novela del prestigioso Elmore Leonard. En ella se narra el cambio laboral de un violento sicario de la mafia de Miami el cual, instalado en Los Angeles para cobrar una deuda de juego a un productor cinematográfico, decidirá abandonar su trabajo habitual para hacer sus pinitos en los negocios del séptimo arte.
El realizador de esta nueva entrega es F. Gary Gray, el que dirigiera el remake de The Italian Job. En Be Cool retoma a Chili Palmer, el gángster reciclado interpretado por Travolta, y le enfrenta a un nuevo tipo de negocio, el de las discográficas, aún mucho más peligroso que el del mundo del cine. Y sobre todo cuando se intenta potenciar al estrellato a una joven cantante de color, codiciada por uno de los empresarios musicales más sucios y truculentos de la ciudad.
La verdad es que la cinta posee muy pocos atractivos. Y uno de los pocos se encuentra en la presencia (siempre de agradecer) de Uma Thurman. Al menos, esa mujer, le da un poco de empaque al producto, a pesar de haber sido contratada con la única intención de reunir de nuevo a la pareja de Pulp Fiction para marcarse un nuevo baile en homenaje a Tarantino. Y no es el único guiño a la figura de éste, ya que el tal Gary Gray y su guionista parecen no saber ir más allá de los patrones establecidos por el director de Reservoir Dogs. En pocas palabras: Be Cool es un refrito de parte de la filmografía y del estilo de Tarantino, aunque en versión Sesamo Street.
En Cómo Conquistar Hollywood ocurría un poco lo mismo pero, a pesar de su irregularidad, se trataba de un film un poco más fresco y entretenido, con algún que otro momento gracioso en su haber y un guión bastante más inteligente. Be Cool es tan sólo la repetición y la exageración del título anterior. Cuatro guiños cinéfilos (totalmente forzados) y la presencia de un buen número de actores conocidos (y reputados), no son suficiente como para conseguir un producto minímamente digno. James Woods, Harvey Keitel y Vince Vaughn se pasean ante la cámara con el histrionismo salido de madre, mientras un abultado John Travolta nos demuestra que algún día acabará cediendo a una liposucción. La Turman se menea y nos turba (ya digo: ¡lo mejor!) y una insulsa joven de color, Christina Milian, se interpreta a sí misma (bajo el nombre de Linda Moon) buscando promocionarse como cantante, su verdadera profesión en la vida real..
Todo queda muy postizo y apayasado. El film no funciona en ninguna dirección: ni como thriller, ni como comedia gamberra, ni como musical. Y la curiosidad de ver auto parodiándose a Steven Tyler, (el líder de Aerosmith), en lugar de hacer gracia acaba dando cierta pena (penita, pena); quilos de silicona, miles de arrugas y cierto patetismo envuelven la figura de la estrella del rock.
Lo que podría haber sido una crítica cínica y ácida sobre Hollywood y el negocio de las discográficas, queda en una simple bufonada, llena de personajes salidos directamente del universo de Los Chiripitifláuticos. Ver para creer. ¡Si Billy Wilder levantara la cabeza!
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