3.6.05

Vos aún no sabés lo que sos

No sos vos, soy yo es la ópera prima, como realizador, de Juan Taratuto, un hombre nacido en Buenos Aires del que es de suponer que, en su film, ha querido hacer una especie de guiño, a la argentina, a la filmografía del neoyorquino Woody Allen y, al mismo tiempo, a uno de los títulos más ácidos de Lawrence Kasdan, El Turista Accidental. Es por todo ello que, en la cinta, se aglutinan un tanto, sin orden ni concierto, varios conceptos ligados a ambas referencias: separaciones matrimoniales, traumas psicológicos, psicoanálisis, perros, tiendas de animales... Un colorido tutti frutti que, a pesar de su apariencia simpática, denota una falta total de ideas bastante alarmante.

La historia es la de siempre, filmada una y mil veces: chico convive con chica, chico se casa con chica, chica abandona chico y chico cae en una especie de depresión obsesiva marcada por esa pérdida. Amigos, psicoanalistas y nuevas historias sentimentales no serán suficiente ayuda para paliar la ausencia. Un déjà vû montado para el lucimiento exclusivo de su protagonista masculino, Diego Peretti, la imagen fehaciente de esa célebre frase de Quevedo que rezaba, para describir a un narizotas, aquello tan rotundo de “érase un hombre a una nariz pegado”. El tal Peretti tiene su desparpajo natural pero, consciente de caer bien al espectador a través de su indefenso personaje, acaba optando por exagerar sus tics gestuales y su insolente voz aflautada, convirtiendo su trabajo en una peligrosa y sobrecargada caricatura de sí mismo.

No negaré que, en ciertos momentos, la cinta funciona bien. Tiene gags graciosos, como la idea de Peretti de comprarse un perrito para poder ligar en los jardines públicos o el rebote que pilla con un taquillero de un multisalas cuando éste, amablemente, demuestra su sorpresa al verlo acudir solo al cine. Pero Taratuto no ha sabido profundizar más en la historia, se ha quedado en el elemento superficial, en la copia vacua del universo woodialleniano. No hay subtramas que ayuden a mantener el interés del espectador, excepto cuatro leves (e innecesarios) apuntes sobre la penosa situación económica que atraviesa su país.

Ni siquiera se ha aprovechado la presencia (siempre de agradecer) de Marcos Mundstock, el alma mater del grupo musico-vocal Les Luthiers, el cual, en la película, da vida al psicoanalista que trata al derrumbado hombre enamorado. Y es que Tarututo tampoco ha sabido sacar a flote la comicidad innata de Mundstock, un genial humorista que, a pesar de su porte elegante y educado, en sus soliloquios teatrales y con la sola ayuda de su personal dicción y de su entonación vocal (un tanto insolente), siempre consigue las carcajadas de su entregado público.

No sos vos, soy yo es una película que se queda a medias tintas en muchos aspectos. Empieza de manera prometedora, va perdiendo gas a medida que se acerca a la parte central de su metraje y alarga su final hasta límites insospechados e incluso inaguantables. Y eso es lo peor que se puede hacer con un producto que, a priori, es fácil adivinar cómo va a terminar.

Una lástima, pues el cine argentino, de unos años a acá, se estaba revitalizando de manera exquisita. Y ese frescor que nos ofrecía en otros productos anteriores, ha desaparecido por completo con esta irregular (y aburrida) comedia.

No hay comentarios: