Hoy poco les voy a poder postear, pues estoy entregado a otros menesteres que mañana darán su fruto en esta página. Ha caído en mis manos una información privilegiada. Ese tipo de noticias que podrían hacer tambalear a toda una nación y repercutir, por defecto, en la política mundial.
Estoy trabajando, con riesgo de mi propia vida, para poder darles esta primicia universal. Sé que hay muchos intereses creados para no desvelar esa cruda realidad a la opinión pública. Pero ustedes, por su fidelidad, se merecen ser los primeros en conocerla.
Sólo les diré que, para conseguir el preciado documento que ansío, durante la jornada de hoy, tendré que enfrentarme a peligros inimaginables y descifrar todo tipo de códigos de seguridad. Una ardua y temeraria tarea que espero pueda llevar a buen puerto.
En caso de no actualizar mañana este blog, estarán ante la inequívoca señal de haber fracasado en mi empeño. Espero poder salir sano y salvo de tan aventurado proyecto. En el peor de los casos, un beso en la frente a cada uno de ustedes, pues hoy habrá sido el último día de Spaulding’s blog y de mi propia vida. Deséenme mucha suerte; la necesito.
Hasta mañana, si Tutatis y las autoridades lo permiten.
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