2.10.04

El Sexo en el Cine (III): Títulos Punteros. De la A a la E (I)

Pues eso. Que sigo con aquello del sexo en el cine y con su tercera entrega, en la que, a modo de guía, haré un pequeño compendio de los títulos más populares y punteros sobre el tema. Sín entrar en muchas consideraciones sobre la buena o mala calidad del produto, al igual que en sus dos capítulos anteriores, aunque en este caso bastante más descriptivo. Que les sea leve. Por cierto... eso tan típico de "no están todas las que son, ni son todas las que están". Se aceptan sugerencias y nuevas entradas

Acoso. Nunca una mamada dio tantos quebraderos de cabeza. Michael Douglas era la víctima, mientras que Demi Moore su verdugo.

Amante, El. Una caliente historia de amor entre un adulto y una apetitosa e insaciable menor de edad en el Saigón de los años 20.

Amantes. Un sobrio triángulo amoroso que nos enseñó de que manera un pañuelo puede provocar el orgasmo más grande jamás filmado... y más si lo maneja con destreza Victoria Abril.

American Gigolo. Un gigoló treintañero se convertirá en el principal sospechoso de varios asesinatos. Nunca un macarra despertó tantas pasiones.

Amistades Peligrosas, Las. Cinismo, mentiras, engaños y juegos de alcoba en la Francia de 1789.

Atracción Fatal. Un polvo a deshoras lleva a la desgracia a un yuppie estresado. De nuevo la víctima era Michael Douglas, mientras que, en esta ocasión, Glenn Close era su ejecutora.

Belle de Jour. Un catálogo de perversiones en la oscuridad de un burdel diurno, con una suculenta y morbosa Catherine Deneuve.

Betty Blue. Un melodrama caliente y contundente en el que los 33 grados y pico que retozaba su título original suponían su mejor descripción.

Bilbao. Una de las cintas más perversas, mórbidas y fetichistas que ha dado nuestra cinematografíay que marcó la posterior carrera de Bigas Luna.

Boogie Nights. Las interioridades inconfesables del cine porno, con alguna escena de alto voltaje entre Mark Wahlberg y Julianne Moore y en el que brillaba, con luz propia, un recuperado Burt Reynolds.

Cachorro. Sin tapujo alguno, Miguel Albaladejo cambió de tercio y nos mostró como se aparean nuestros osos patrios.

Cambio de Sexo. Victoria Abril interpretaba a un chico que quiere convertirse en mujer, mientras que Bibiana Fernández (por aquel entonces Bibí Andersen) lucía en pantalla lo que hace años ya se le desintegró.

Cartero Siempre Llama Dos Veces, El. Dos versiones a cual más perversa, adúltera y negra. El ceñido traje de baño de Lana Turner contra un apasionado espectáculo sobre la mesa de la cocina con Jessica Lange. ¿Quién da más?

Color de la Noche, El. Un thriller erótico tan patético como calentorro. Mucho sexo y poca chicha. Ellas, por fin, descubrieron el aparato de Bruce Willis.

Cowboy de Medianoche. Un joven palurdo descubrirá el sexo, las drogas y la miseria en las calles de Nueva York.

Crash. El fetichismo y la pasión por los accidentes automovilísticos. Uno de los films más mórbidos y enfermizos de David Cronenberg.

Cuerpo del Delito, El. Madonna, luciendo palmito a cada escena e intentando copiar, descaradamente, a Instinto Básico.

Diez (La Mujer Perfecta). Dudley Moore a la búsqueda desesperada de la mujer 10. En ella, descubrimos a Bo Derek, aunque sus dotes físicas desbordaban sobre las interpretativas.

Dolce Vita, La. Uno de los clásicos de Fellini al que siempre se recordará por el magnífico baño, en la Fontana de Trevi, de la escultural Anita Ekberg.

Edades de Lulú, Las. La mórbida mente de Bigas Luna y una novela de Almudena Grandes fueron los inspiradores de un film repleto de perversiones de todo tipo.

En Carne Viva. El despertar sexual de una mujer reprimida, a ritmo de thriller (es un decir) y con un puntito de morbo. La película supuso el destete oficial de una inesperada Meg Ryan

Entre Las Piernas. Un productor de cine y una mujer casada, ninfómana, se conocen durante unas sesiones de terapia para adictos al sexo. Como telón de fondo, un crimen. La excusa: imitar descaradamente a Hitchcock, pero en marrano.

Eyes Wide Shut. El matrimonio Cruise-Kidman al desnudo antes de romperse totalmente en la vida real. De fondo, el testamente cinematográfico de Kubrick.

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