31.12.06

Recapitulando (I): Lo más mejor del 2006

Como cada fin de año, hoy toca pasar cuentas. Las 10 mejores y las 10 peores películas. En dos entregas, como ya va siendo habitual en este blog desde hace un par de temporadas. Primero las buenas y por la noche, un poco antes de las campanadas, las más horrendas.

Pongamos manos a la obra.

LO MAS MEJOR DEL 2006 (ordenado de menor a mayor importancia, como sí de una cuenta atrás se tratara)

10.- Nueve Vidas. 9 vidas de mujer, diseccionadas con total delicadeza por el ojo clínico de Rodrigo García, a través de 9 planos secuencia distintos filmados con una delicadeza exquisita. Amor, muerte, frustración, soledad, familia, suicidio... : un catálogo interminable de realidades para detallar los sentimientos y emociones de 9 mujeres diferentes. Nueve ocasiones de oro para aprender a conocerlas mejor.
(crítica)

9.- United 93. Una crónica excelente, cercana al docudrama, de uno de los días más negros de la historia actual, el 11 de setiembre de 2001. A pesar de la temática, Paul Greengrass, su realizador, se muestra frío con sus personajes y evita, en todo momento, la muy humana tentación de tomar partido. Meticulosa en la plasmación de los hechos y fiel a su estilo documental, su atenta cámara se mueve por varios de los frentes en los que se vivió con más intensidad la aterradora jornada. De ritmo frenético y rehuyendo, con una maestría indiscutible, cualquier trampa para conseguir la lágrima del espectador, ha acabado convirtiéndose -por derecho propio- en uno de los documentos más compactos e interesantes del año.
(crítica)

8.- El Camino de los Ingleses. El segundo film como realizador de Antonio Banderas. Un trabajo filmado a golpe de sentimientos y con el corazón, tras el que se esconde la plena madurez del autor. Una película difícil y dura, pero en nada ambiciosa ni pedante. Gélida y distante con sus protagonistas, la cámara de Banderas indaga las sensaciones de un grupo de jóvenes malagueños que, en los años 70, abandonaron su adolescencia a estacazos de vida. Poesía e imagen unidas por el dantesco espíritu de La divina Comedia.
(crítica)

7.- Volver. Un drama con ribetes de comedia que, personalmente, sirvió para reconciliarme con el ya (para mí) alejado universo de Pedro Almodóvar. Un Almodóvar en plena forma (aunque fiel a sus mujeres de siempre), capaz de lavarle la cara a su estilo y desenterrar, al mismo tiempo, un montón de fantasmas de su propio pasado y de sus personajes. La conjunción perfecta entre la cámara, la historia y sus actrices. Olvida la provocación a la que nos tenía acostumbrados y se decanta, tan sólo, por hacer buen cine; cine del grande. Sus miedos y sus pasiones afloran en cada una de las escenas, pero de manera sutil, sin necesidad de recursos estrambóticos y rocambolescos. Una película delicada, femenina, sin fisuras ni tiempos muertos y con una Penélope Cruz inmensa disfrazada de Sophia Loren.
(crítica)

6.- Ficción. Una enternecedora historia de amor, narrada con una naturalidad poco habitual en el cine actual. El retrato de dos personajes alejados de su contexto habitual; dos seres solitarios convertidos por azar en náufragos sociales. Diálogos entrecortados, grandes silencios y un sinfín de miradas explícitas, son los recursos narrativos que Cesc Gay utiliza, de modo delicioso, para recordar que, detrás de muchos momentos de la vida que nos pueden parecer en extremo banales, se amagan un sinfín de pensamientos y emociones dotados de una fuerte carga de vitalidad.
(crítica)

5.- Declaradme Culpable. Un film que pasó sin pena ni gloria por las pantallas españolas; tanto que ni siquiera, en su día, tuvo su merecida reseña en esta página. Y se trata de uno de los mejores productos del reputado Sidney Lumet. Con él, el cineasta volvió a uno de los temas más recurrentes de su interesante filmografía: el sistema judicial norteamericano puesto de nuevo en la picota a través de su cámara. Basado en la vida real de Giacomo DiNorscio, un miembro de los Luchesse -una familia mafiosa de Nueva Jersey-, la cinta analiza el proceso judicial al que se vio sometido y en el que acabó actuando como acusado y abogado al mismo tiempo. Un guión brillante, dotado de un sinfín de toques al más puro estilo Soprano, conforma esta ácida comedia en la que sobresale, de manera inesperada, la magistral interpretación de un Vin Diesel desconocido y totalmente alejado de sus trabajos habituales. Una maravilla a redescubrir.

4.- El Laberinto del Fauno. Guillermo del Toro entra y sale constantemente del espejo de Lewis Carroll para orquestar una de las películas más originales y atípicas sobre la posguerra española. En ella se mezcla, con una perfección inaudita y sin ningún tipo de estridencias, la fantasía y la realidad. Mundos góticos, tenebrosos y oscuros se alternan con la cruda verdad de un país desmoronado y enfermo. Una niña fantasiosa y su padrastro se alzan como las dos caras de una misma moneda, enfrentadas por culpa de la sinrazón y el odio. Un trabajo duro y muy triste, con nulas concesiones a la taquilla.
(crítica)

3.- La Noche de los Girasoles. Una ópera prima cruda, cínica y violenta. Real como la vida misma. Un film coral y, al mismo tiempo, amoral. Su director, Jorge Sánchez-Cabezudo, deja muy claro que la línea divisoria entre el bien y el mal es extremadamente delgada; casi invisible. Y que los humanos, por ese sentido de la maldad tan acentuado que poseemos, tendemos a inclinarnos hacia el lado más oscuro de la frontera. Los bosques de una pequeña población avilesa serán el marco geográfico ideal para ubicar esa frontera virtual; un violador, un par de espeleólogos, la compañera de uno de ellos, un Guardia Civil y dos aldeanos enfrentados, serán los personajes que se verán imbuidos en la extraña espiral de virulencia provocada por el azar más diabólico. Un retrato sobrio y valiente de esa España profunda y negra que, escondida y dormida entre la verde floresta, aún sigue existiendo.
(crítica)

2.- Hijos de los Hombres. Un futuro gris, nada lejano, escalofriantemente desolador. Un mundo sumido en el caos; un mundo en el que el llamado terrorismo de estado está a la orden del día. Y, por si fuera poco, 18 años silenciosos y sin color; 18 años sin las voces ni la presencia de niños en sus calles. El don de la fertilidad en las mujeres es una cosa del pasado; ciencia-ficción pura y dura para los habitantes del 2027. El Apocalipsis Final está cantado y Alfonso Cuarón lo plasma en su film con todo lujo de detalles, a través de una narración trepidante y sorpresiva, llena de golpes de efecto inesperados y sobrecogedores: un insuperable plano secuencia, cámara en mano y mostrando los brutales efectos de una batalla, es un buen ejemplo de la maestría con la que el realizador mejicano ha planteado la película. Devastadora, emocionante y emotiva. A partes iguales. Una maravilla con carga ideológica de alto voltaje.
(crítica)

1.- Munich. Las Olimpiadas de Munich de 1972; un sangriento atentado terrorista por parte de un comando de Septiembre Negro y, siguiendo el orden lógico y cronológico de la historia, la venganza judía. Spielberg se olvida de la melaza y entra a saco en el problema de su propio pueblo y de su victimismo, siempre de manera vibrante y a ritmo de thriller; de esos thrillers que ya no se hacen, dotado de la estética visual de los films de género de los 70. Un producto que destila ideología y acción a raudales. Homenajea a Hitchcock en un par de ocasiones y, al mismo tiempo -rompiendo con su tónica habitual- ofrece una de las escenas más frías y violentas de su filmografía al recrearse en el asesinato de una mujer. Cine comercial, comprometido y de autor. Con Munich se desvela la recuperación de una manera artesanal de hacer cine que parecía ya perdida para siempre. Indiscutiblemente, para quien esto escribe, ésta es la joya cinematográfica del 2007.
(crítica)

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