Este carismático caballero, culto, de buenos modales y crucificado tal y como mandan los cánones por estas fechas, en un día como el de hoy va a pasarlo fatal. ¿Qué va a comer la pobre criaturita con el repelús que le da el pescado? Si sigue con su menú habitual, se ganará el infierno en menos que canta un gallo.
Oremos todos por su redención eterna, pues buena gente como él no se encuentra cada día.
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