Antes de dedicarse a la defensa de las focas y de convertirse en una de ellas, Brigitte Bardot era una mujer espléndida y guapísima, sueño erótico de un par de generaciones. Incluso era fumadora, pues lo de ir dejando el humo por todas partes aún no estaba mal visto. Y la chica no se cortaba en absoluto a la hora de hacer publicidad para una de las marcas más populares de cigarrillos.
Ahora se ha convertido en una verdadera apestada. Y no precisamente por el tabaco. Su matrimonio con un ultraderechista francés y el respaldo ofrecido a LePenn durante unas elecciones, fue el verdadero causante de su mal. Es una lástima que una criatura tan bella haya caído tan bajo.
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