31.12.05

Recapitulando (y II): Lo más peor del 2005

Al igual que en el listado anterior. De menor a mayor grado. O sea, de lo peor a lo más nauseabundo y pestilente:

10.- El Método. O cómo montar una estructura argumental prometedora y destruirla en pocos segundos de metraje, en menos que canta un gallo. Un quiero y no puedo, capaz de desperdiciar la presencia de un buen grupo de actor y de aniquilar cualquier atisbo de verosimilitud con sólo dos líneas de guión.
(crítica)

9.- Entre Copas. Todo un catálogo sobre enología y, al mismo tiempo, un sorprendente compendio de pedanterías sin límite. Reiterativa, burda y sin historia alguna que contar. Una road movie con poca road y demasiado vino. El bla bla bla cinematográfico más plomizo y somnoliento del año. Ideal para charlatanes de esos que pían mucho y no dicen nada.
(crítica) 8.- Frágil. El innecesario retorno de Baja Ulloa al mundo del cine. Con intenciones satíricas, lo único que destilan sus imágenes son pura ñoñería. Un love story edulcorado y ridículo, con forma de cuento infantil que hubiera hecho las delicias de los jerifaltes más cursis de la casa Disney. ¿Sabens aquello de que la belleza está en el interior? Pues eso. Dos horas largas de metraje para eso y para mostrarnos, al mismo tiempo, que hubiera dirigido a la perfección unos cuantos spots televisivos de La Bella Easo.
(crítica)

7.- El Gran Golpe. O cómo disfrazar un panfleto publicitario de una agencia turística en una película de aventuras. Una mínima intriga policiaca (por no decir inexistente), un mucho de publirreportaje en hotel de lujo y un festival de levantamientos de ceja por parte de Pierce Brosnan. Mientras, Woody Harrelson emula a Fofó y la Salma Hayek ejerce de chica florero. Todo un ejercicio de estilo.
(crítica)
6.- El Penalti Más Largo del Mundo. No hay peor cosa que querer ser Berlanga llamándose Roberto Santiago. Y nada más patético que contar con la comicidad enervante de un ganapán como Fernando Tejero ante la imposibilidad, por ejemplo, de tener a mano a un Luis Ciges. Uno de los productos más incomestibles e indigestos del cine español de este año. De juzgado de guardia.
(crítica)

5.- El Reino de los Cielos. Una manera como otra de dar al traste con cualquier atisbo histórico mínimamente real. Mucho presupuesto y mucho figurante (por algo se trata de Las Cruzadas, pues había mucha gente por ahí), pero el rigor no asoma ni por casualidad. Cine épico anquilosado, aburrido e interminable. Y, de propina, el soso del Orlando Bloom. ¿Ustedes creen que un chico, con nombre de insecticida, puede triunfar en la pantalla grande?
(crítica)
4.- Los Renegados del Diablo. Sangre, miembros amputados y mucho desperdicio anatómico por los suelos. Un par de referencias cinéfilas (incluidos los hermanos Marx) y poca cosa más. El vacío cinematográfico más profundo. La violencia por la violencia. La gran bufonada del año que, con la excusa de ser la película más gore de todas, intenta ganar adeptos para su variopinta secta al precio que sea. Apunten el nombre de su realizador, Rob Zombie: músico, director, productor, guionista y payaso. Con un poco de suerte, descubrimos que también ejerce de castañera.
(crítica)

3.- La Isla. Un mucho de La Fuga de Logan, otro poco de Coma, unas gotitas de Blade Runner y una sobredosis de tontería. Haga usted su propia película partiendo de retales de otras. No es necesaria mucha inteligencia, sólo un poco de picardía. Y si coloca tres o cuatro helicópteros y después los estrella, mejor que mejor. Aunque, tratándose de cine espectáculo, sus pasajeros no han de salvarse jamás. Siempre es más efectivo y parece más real.
(crítica)
2.- La Leyenda del Zorro. No hay nada más triste que intentar sacar rendimiento a un título valiéndose de otro anterior. Un cúmulo de despropósitos para lucimiento exclusivo de unos insalvables Banderas y Zeta-Jones, a los que se suma un niño repelente con ínfulas de Joselito. Mucho mamporrazo y tortazo para abrigar, en el fondo, un ferviente canto a la unidad familiar. En definitiva, la cara opuesta de la moneda de la magnífica Una Historia de Violencia.
(crítica)

1.- Primer. El snobismo llevado al máximo. La pedantería de no decir nada y simular contar mucho. Y quien no la entienda, es porque no quiere o porque es corto de entendederas. Matemáticas y viajes en el tiempo. O, lo que es lo mismo, cuatro tíos con corbata y en mangas de camisa moviendo muebles en un garaje. El máximo del intelecto humano. Y lo que es peor: muchos aún se la creen. La gran tomadura de pelo del año. ¡Qué tengan ustedes un feliz 2006!

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