Jimmy Smits y Dennis Franz. O, lo que es lo mismo, los detectives Bobby Simone y Andy Sipowicz. La ciudad de Nueva York los unió durante 4 años. 4 temporadas televisivas, hasta que los guionistas decidieron acabar con el personaje de Simone y sustituirlo por Rick Schroder, el que fuera el niño llorón del Campeón de Zeffirelli.
La serie es Policías de Nueva York. Una serie que, por cierto, sigue emitiéndose aún en los EE.UU. En antena desde 1993, ya van por la temporada 12. A punto de empezar la 13. En España, Tele 5, sin explicación alguna, nos dejó en la séptima. Por sus huevos. Y es una pena, ya que se trata de una de las mejores producciones televisivas en años. Dura y cruda, rompe totalmente con la historia de los policías heroicos y valerosos para enfrentar al espectador con la parte más oscura de nuestras abarrotadas ciudades. Crímenes de calle, nada de sofisticados narcotraficantes ni sibaritas asesinos en serie. O sea, “le maté porque no me dejó un par de azucarillos”. De confesiones en destartaladas y cochambrosas habitaciones de una comisaría real, en donde el diseño aún está por inventar. Y en la que sus detectives llevan a cuesta hasta su casa, cada noche, todos los malos rollos que les toca vivir día a día.
Dennis Franz, desde su primer episodio, sigue siendo el alma mater de Policías de Nueva York. Su detective, el duro Sipowicz, ha pasado a formar parte de la historia de la tele. Sin él, esa comisaria suburbial neoyorquina no sería nada de nada. Justo en la época en que se le asignó como compañero a Jimmy Smits, corría una campaña publicitaria institucional en la que varios famosos apostaron por la promoción del consumo de leche. Hoy precisamente les cuelgo la fotografía que ambos se hicieron para la citada campaña, metiéndose en la piel de sus personajes televisivos y dejándose adornar la parte superior de sus labios con un bigotillo lácteo.
¿Para cuando Tele 5 reanudará la emisión de esta genial serie, aunque sea a las tres de la madrugada y a diario? ¡Cómo encuentro a faltar esa serie!
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