14.7.05

El celuloide oculto

Hoy, comiendo en casa de mi suegra, durante la tertulia que siempre acompaña al café, ha salido el tema del cine. Con ella siempre acabo hablando de cine. La mujer, a pesar de ser suegra, también es muy cinéfila. Concretamente nos hemos centrado en la etapa muda y las viejas comedias de Stan Laurel y Oliver Hardy. El Gordo y El Flaco. Dos grandes humoristas a los que empecé a apreciar desde mi más tierna infancia.

Y, como era inevitable, nos hemos acordado de lo que siempre decía mi suegro sobre ellos. Ante todo, he de avisarles que ese hombre tenía un sentido del humor espléndido. No dejaba escapar una. Como si fuera una cosa sabida y publicada en todas partes afirmaba, sin fruncir una sola ceja, que el Gordo y el Flaco eran maricones”. Toda la familia reía. “¿Cómo iban a ser gays esos dos, Jordi?”. Y nos seguía entrando la risa tonta imaginándonos a esa extraña pareja, abrazados en la intimidad de la cama y mordiéndose suavemente los lóbulos de las orejas... y otras cosas que, por pudor, no pienso ni citar.

Hasta los 80 años, mi suegro siguió insistiendo en la homosexualidad de Laurel y Hardy. Al igual que mi cuñada y mi mujer, sigo creyendo que se trataba de uno de sus numerosos cuentos para tomarnos el pelo. Mi suegra y su hijo, por el contrario, empiezan a dudar que se tratara de una de sus bromas.

Esta tarde he estado buscando referencias por Internet sobre el posible asunto. Nada de nada. Una página, no muy fiable, cita que, en una época, circularon ciertos rumores sobre la relación homosexual de los dos cómicos. Yo, de todas maneras, sigo manteniendo mi incredulidad sobre el tema. Aunque ciertas fotos que he encontrado, podrían apuntar hacia esos derroteros. Las cuelgo y ustedes mismos se harán sus propias cábalas.

Si alguien conoce la verdad sexual sobre Laurel & Hardy, es el momento de hablar. Por el contrario, es mejor callar para siempre.

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