He perdido buena parte de esta tarde de manera un tanto tonta. Y todo por culpa de una de esas estúpidas leyendas urbanas en torno al mundo del cine. Y es que, tras pillar el DVD del Episodio II de Star Wars, he ido pasando, foto a foto, la larga escena de la arena de Geonosis para descubrir aquello que muchos decían haber vislumbrado.
Hoy tenía la intención de hacer un bien a la Humanidad colgando el preciado fotograma que demostrara una de las más alucinadas teorías de muchos seguidores de la serie. Ese momento en el que aseguraban que el mismísimo Homer Simpson pilotaba una de las naves de la República. O esos visionarios iban de alucinógenos o necesitan un buen repaso ocular por parte de su oftalmólogo.
Nasti de Plasti. O sea, nada de nada. No se esfuercen. Homer no acudió al rescate de Anakin y compañía. El buen hombre amarillento optó, ese día, por seguir tocándole los cojones al cabroncete de Mr. Burns en lugar de socorrer a los héroes galácticos.
Y yo, como inocente que soy, voy y pierdo un buen rato intentando descubrir a Wally en medio del gentío. Punto final. Hasta mañana. Que la Fuerza les acompañe.
Seguro que esta noche sufriré obscenas pesadillas en las que Marge Simpson me persigue esgrimiendo, de manera furibunda, una escoba láser.
Por cierto, si alguien me salva la fotografía (sin trucar) en la que Homer pilota la nave, rectifico el título del post y le regalo un Gallifante.
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