3.4.05

Lo que fue de la Dolores

Hace ya casi 10 años que se estrenó en Televisión Española una de las series actuales de más prestigio, Urgencias. Una serie amparada por Steven Spielberg, a través de la Amblin, su productora, y de Michael Crichton, el ideólogo de la misma y guionista de su episodio piloto.

Su primera temporada empecé a verla de manera bastante escéptica, pues nunca me han llamado mucho la atención las películas con esos seres de bata blanca, especialmente ególatras, que se han situado siempre por encima de los mortales. A mi mente vienen otras añejas series, como Marcus Welby o Centro Médico, que no eran más que pura melaza y una exaltación (un tanto vergonzosa) de la clase médica en general: pequeños dioses, insultantemente honrados y buenos que jamás tenían un mínimo error en sus diagnósticos y tratamientos.

Urgencias, a pesar de estar centrada en esos personajes, supo dar un enfoque más humanos sobre estos y acabó atrapándome en sus redes. Sus numerosos protagonistas estaban perfectamente perfilados, el ritmo narrativo era trepidante, mientras que su frenética y original filmación rompía un tanto la monotonía de otras series televisivas anteriores. Incluso llegaban a convertir el mínimo caso clínico en un tema desbordante de suspense y tensión, llegando a rozar, en muchas ocasiones, el gore más sangrante. Cosa lógica, por otra parte, al estar ambientada, toda ella, en el Servicio de Urgencias de un hospital de Chicago.

Sus responsables, siempre dispuestos a estar a la última, se arriesgaron a la hora de afrontar ciertos episodios. Por ejemplo, uno de ellos, abriendo una temporada, fue realizado en directo, en tiempo real y, como curiosidad, citar que el penúltimo de su primera época estuvo dirigido por Quentin Tarantino, haciendo gala, en el mismo, de sus típicos diálogos y del look habitual de sus personajes. Era la época en que, tras el rodaje de Abierto Hasta el Amanecer, acababa de conocer a George Clooney, uno de los intérpretes de la serie en sus inicios y en la que daba vida a un pediatra un tanto libertino.

Actualmente, TVE1 está emitiendo la décima y última temporada producida hasta el momento. E, inevitablemente, se nota el cansancio de sus guionistas y productores. La serie está cayendo, demasiado a menudo, en los tópicos de las películas sobre médicos: todos los personajes mínimamente malvados han sido eliminados o bien suavizados; la mayoría de sus capítulos buscan, con total descaro, la lágrima fácil del espectador y ese ritmo tan acelerado a que nos tenía acostumbrados brilla por su ausencia, conservando, tan sólo, ese toque violento y salvaje (a veces ofensivo) en sus escenas de quirófano. Un toque que, por otra parte, ha sido aumentado respecto a temporadas anteriores, quizás para paliar de este modo la falta de originalidad de sus cansinos y adormecidos guiones.

Urgencias ya tuvo otro bajón considerable hace unos tres años. Sus historias resultaban demasiado dulzonas y sus situaciones ya no tenían el gancho de antes. Pero se trató tan sólo de un bache, ya que la serie supo remontar y volver al apasionado ritmo con que se había estrenado en televisión. Pero, en esta ocasión, me da la impresión de que esos médicos de Chicago están pidiendo a gritos su jubilación anticipada. Y, la verdad, es que ya les toca.

Otro tema, al margen de la serie, es el penoso y vergonzoso tratamiento que de la misma ha hecho Televisión Española desde sus inicios. Ha ido saltando, de día en día, en la parrilla de programación. A veces a las diez de la noche y otras a las tres de la madrugada. O a la una. En ciertas épocas se han llegado a programar dos episodios seguidos y, en ocasiones, emitidos sin orden ni concierto, mezclando diferentes temporadas. Algunos días ha desaparecido misteriosamente de la programación e incluso, últimamente, se ha llegado a proyectar algún episodio de manera no cronológica.

Y, lo peor de todo, es que eso ocurre en todas las televisiones y con todas las series. Eso como mal menor, pues generalmente desaparecen definitivamente de nuestros hogares sin tener la posibilidad de conocer el final real de las mismas, como en el caso de Expediente X, Treinta y Tantos o Policías de Nueva York, sólo por nombrar una cuantas.

¿Para cuando la tercera temporada de la maravillosa 2 Metros Bajo Tierra en la 2? ¿O ya se habrán olvidado de ella?

No hay comentarios: