Gruñón, "malcarat" y criticón. Hace años perdió su sentido del humor en algún lugar recóndito y, en la actualidad, sólo sueña con retirarse al interior de una cabina telefónica.
19.3.08
El interrogante continúa...
Sólo él sabía la verdad, al cien por cien, sobre el monolito... Hoy se nos ha ido. Atendía por el nombre de Arthur C. Clarke.
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