Pues nada. Que he visto La Monja, el debut como realizador de Luis de la Madrid, uno los montadores cinematográficos habituales del fantástico español (vía Fílmax) de los últimos años. Bueno..., lo de ver es un decir.
Seré breve.
Ambientes y atmósferas típicas del cine de Balagueró (de hecho se trataba de un proyecto que tendría que haber dirigido él). Argumento parecido a Sé Lo Que Hicisteis el Último Verano y similares, pero con monja espectral y acuosa con ganas de vengar su muerte. Sin trempera y sin guión. Muchos efectos especiales y poca chicha. No hay historia que la sostenga, ni actores que se puedan soportar. Está claro que al tándem Julio Fernández y Brian Yuzna les encanta hacer el fantasma.
En realidad, he aguantado veinte minutos escasos de película. Más que suficiente. No ha sido necesario salir de la proyección. Ha sido cuestión de apalancarme lo más cómodo posible en la butaca y echar una cabezadita. A veces el cine, aparte de distracción, también aporta placenteros momentos de sueño. Y La Monja es un buen ejemplo de ello. Les aseguro que jamás pienso perder el tiempo en rescatar el resto del metraje.
Voy a por mi medicación.
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