Hoy, por primera vez en este
blog (y sin que sirva de precedente), voy a recomendarles un disco. Es posible que esté influido por el parentesco directo con el autor del mismo, o que aún añore la presencia del padre de éste, el desaparecido
Josep Maria Bardagí, primo hermano mío y padre de la criatura que ha parido este
Jo Faig Cançons,
Jofre Bardagí. Llámenle tráfico de influencias o como quieran, pero la verdad es que –con la mano en el corazón- les aseguro que el álbum de
Jofre bien merece un buen repaso. Hacía mucho tiempo que no me encontraba con un disco tan personal y sincero, de esos que te ponen la piel de gallina.
Jo Faig Cançons es un álbum que va directo al estómago, repleto de reminiscencias
beatlerianas (en honor al querido y siempre presente
Josep Maria) y de baladas emotivas. Un disco cerebral; una confesión musical y poética, en toda regla, de un joven que, a buen seguro, seguirá escribiendo y componiendo canciones durante mucho tiempo.

Grábense bien su nombre en la memoria:
Jofre Bardagí. Un artista con voz propia, valiente y rompedor. Atrás queda ya su espléndida etapa como voz solista de
Glaucs, un grupo que no tuvo la merecida acogida que se merecía. Ahora empieza su carrera en solitario. Y yo le doy mi total respaldo pues, aparte de un músico como la copa de un pino, es un cinéfilo empedernido: a la menor ocasión, una vez al año, hace las maletas y se pira a Buenos Aires para disfrutar con el Festival de Cine Independiente de esa ciudad.
Jofre: un petó al front, una forta abraçada i a seguir endavant. Y ustedes, a rascarse los bolsillos y a comprar un ejemplar del disco. Está cantado en catalán, pero me comprometo, si es necesario, a traducirles las letras a los que no lo entiendan.
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