¿Se acuerdan de una banderita que, bajo el nombre de flag, se visualizaba (y, en algunos casos, aún se visualiza) en la cabecera de la mayoría de los blogs alojados en Blogger? Pues bien: ese era el botón que tenían que pulsar los chivatos a la hora de denunciar a los blogueros que no comulgaban con sus ideas. Una manera bastante sucia para que la empresa tomara (o tome) medidas con la bitácora flagueada en varias ocasiones. Por suerte, muchos borramos en su día de nuestros blogs ese asqueroso icono que, aparte de suponer el entretenimiento preferido de los internautas más cortos de entendederas, potenciaba y potencia (pues, como dije, aún sigue existiendo) la mala uva de los trolls y sátrapas que se pasean por la red en busca de provocación e irritación. Nada más sencillo que presionar sobre la susodicha banderita, para que la página que estos marrulleros pretendan hundir, al cabo de un tiempo, sea eliminada de la blogosfera.
Algo así me ha ocurrido con la cuenta que tenía abierta en la web de YouTube. Justo hoy, cuando iba a colgarles otro excelente sketch en memoria de Tip y Coll, he descubierto que ya no existo en esa ubicación. Si buscan cualquiera de los vídeos que he ido alojando allí, verán que no hay manera de abrirlos (a no ser que pertenezcan a otro usuario distinto a mí), siendo sustituidos por la frase "this video is no longer available". O sea, este video se ha ido a bailar a otra parte.
La explicación a ello es muy sencilla. En la página de YouTube, debajo de cada uno de los vídeos, el visitante tiene la posibilidad de pulsar el pertinente flag, aquí perfectamente descrito, al lado de una cruz (tal y como pueden apreciar en la imagen de abajo), como flag as inappropiate. En mi caso, algún mequetrefe ha marcado, una y otra vez, la crucecita de marras, vídeo por vídeo, hasta que ha conseguido eliminarlos del todo y dejar a Spaulding como a una persona non grata para esa web. Espero, de muy buena gana, que al petimetre que ha conseguido liquidarme del YouTube le parta un rayo. Y, al mismo tiempo, que los ineficaces responsables de YouTube abran los ojos y se planteen su inapropiada gestión, pues han dejado en manos de cualquier descerebrado el control y censura de su propio espacio en Internet.
La verdad es que lo siento mucho por ustedes ya que, gracias a alguno de los indeseables que se pasean por la red, en este blog se han acabado los YouTubes.
Pues nada... Tras este desahogo (que lo necesitaba y espero sepan comprender), mañana tendrán más cine en Spaulding’s blog.
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