Hoy, a punto de entrar en un nuevo fin de semana, les voy a recomendar una película deliciosa. Hace ya un tiempo que se estrenó, concretamente durante las pasadas Navidades. Y se estrenó mal, fatal, tal y como suele ocurrir con los buenos productos. Quizás fuera su poco atractivo cartel publicitario, incapaz de llamar la atención del público..., quizás el culpable fuese su título..., o que, sencillamente, su distribuidora no se preocupó demasiado en aguantarla un poco más de tres semanas en cartel. La cuestión es que un film tan redondo como Kiss Kiss Bang Bang pasó desapercibido para la mayor parte de los espectadores. Y los pocos que la vieron, en general, hablaron maravillas de ella. Y no se equivocaron.
La vi hace escasamente unos quince días. Fui uno de esos incrédulos que la dejaron escapar en su día. Craso error, pues Kiss Kiss Bang Bang es uno de los mejores trabajos de la temporada pasada. Tan sólo les digo que, en caso de haberla visto antes de acabar el 2005, la hubiera incluido en esa típica lista de las 10 mejores del año que a todos nos encanta confeccionar.
La película supone la ópera prima como director de Shane Black. Así, a bote pronto, posiblemente no les diga nada ese nombre. Pero si les avanzo que, entre otros, es el guionista de títulos como la primera Arma Letal, El Último Boy Scout o El Último Gran Héroe, la cosa empieza a perfilar un pelín mejor. Y es por ello que no resulta casualidad alguna que Kiss Kiss Bang Bang tenga mucho de aquella compacta y acelerada Arma Letal original.
La cinta supone un regreso a la era en que las buddy movies aún tenían algo que decir. Y, al mismo tiempo, es mucho más que una simple y rutinaria historia con pareja de detectives antagónicos. En apariencia, se trata de un trepidante thriller de acción más. Pero, en realidad, es un thriller diferente, cercano a las coordenadas del cine negro más clásico y con un mucho (¡muchísimo!) de comedia. Pero comedia de la buena, repleta de gags originales y sorprendentes. Gags inesperados, de los de carcajada y lágrima suelta, con un montón de situaciones delirantes y con un exquisito toque de humor negro. E incluso, por momentos, el tal Shane Black nos muestra su cara más grotesca y escatológica sin caer, para nada, en los peligrosos parámetros de la astracanada. A buen seguro, muchos de los pasajes de Kiss Kiss Bang Bang hayan llegado a entusiasmar al mismísimo Quentin Tarantino.
Uno de los mejores secretos para que funcione bien el invento se localiza en su excelente pareja protagonista: Robert Downey Jr. y Val Kilmer. El primero da vida a Harry Lockhart, un ladronzuelo bastante gafe en sus acciones delictivas y con una vida sentimental en exceso desgraciada. Su interpretación es tan compacta que, a veces, recuerda a ciertos personajes de los cartoons de la Warner; en concreto, a los más maltratados por esa productora, como el pobre Coyote o el Gato Silvestre. La cara de asombro que consigue Downey ante un peligro inminente o después de una gigantesca metedura de pata, son dignos de un comediante de alta envergadura. Lástima que el muchachuelo, en la vida real, se pase más horas entre rejas que ante las cámaras: un poco al igual que su Harry Lockhart.
Val Kilmer es el segundo en discordia. Y, a pesar de la poca confianza que siempre me ha inspirado este actor, he de decir que, en esta ocasión, el hombre no podía estar mejor; sencillamente insuperable. En la película interpreta a Gay Perry, un detective homosexual (tal y como su nombre indica) que, orgulloso de sus mariconerías, en sus horas libres trabaja para una de las grandes productoras de Hollywood como entrenador de cuantos actores hayan de representar en la gran pantalla el papel de un detective. Por cuestiones del azar, deberá adoctrinar al desafortunado Lockhart quien, casi por imposición, está dispuesto a convertirse en una rutilante estrella.
Un film que no tiene desperdicio alguno. Y además valiente, ya que a la hora de urdir esos inevitables homenajes a otros títulos, lo hace a lo grande, de manera original e incluso sofisticada. No es de extrañar por ello que, la enmarañada e indescifrable historia detectivesca que afrontarán juntos la extraña pareja compuesta por Harry y Gay, sea igual que un puzzle con un montón de piezas desaparecidas, similar al que orquestó Howard Hawks en una de sus obras maestras, El Sueño Eterno. Y es que el cine negro y Kiss Kiss Bang Bang van cogiditos de la mano.
No lo duden más. Vayan al vídeo-club más cercano; soliciten la ayuda de una mula... Hagan lo que sea, pero no dejen escapar una cinta que recupera un estilo de cine que estaba en total decadencia, otorgándole además una dimensión mucho más fresca y actual. Piensen en una mezcla entre la citada Arma Letal y la divertida Juego Peligroso, denle un pequeño toque a Con la Muerte en los Talones y un tupido baño del mejor cinéma noir, y tendrán a punto la peculiar Kiss Kiss Bang Bang. No hay mejor cocktail que el formado por la comedia y el cine de intriga.
1 comentario:
Adhiero!! Excelente propuesta de policial negro con buenas dosis de humor. El mejor papel de Val Kilmer, eso seguro! Peliculon!!
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