28.12.11

A la chita callando

En realidad atendía por el nombre de Jiggs. Lo de “mona Chita” fue una invención española para bautizar al simio que acompañaba a Tarzán Weismüller en todas sus aventuras (a excepción de la primera, pues en ella fue otro mono quien dio vida a Chita). Y es más, en España no sólo le remplazamos el patronímico; incluso nos atrevimos a cambiarle el sexo, ya que era un simio varón: lo travestimos de mono a mona.

Ayer, a los 79 años de edad y tras figurar en el Libro Guinnes de los Récords por tratarse del simio más longevo del mundo, nos abandonó a causa de una insuficiencia renal, no sin antes haber sobrevivido a sus compañeros de reparto.

De Maureen O’Sullivan, la actriz que interpretara a Jane, se cuenta que su relación con la mona era más que imposible. De hecho, cada vez que se refería a ella lo hacía como “ese mono hijo de puta”…

Descanse en paz esa mona entrañable a la cual, personalmente, valoraba y tenía en más alta estima que a muchos de los altos cargos y mandatarios de la política actual quienes, a la chita callando, nos la van metiendo hasta el fondo y sin vaselina.

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