

La Camarera se trata de una comedia sencilla; un film menudo, aunque efectivo, que narra, en clave de comedia, los avatares de Jenna, una treintañera inmersa en un microcosmos tan amargo como desalentador. Casada con un hombre dominante, malcarado y maltratador, sueña en su independencia personal para poder dedicarse, en exclusiva, a su gran y única pasión: la de la pasteleria; una pasión inculcada por su propia madre desde su más tierna infancia. Sus pasteles son el plato más apreciado del restaurante en el que está empleada; un viejo local ubicado en un pequeño y apacible pueblo de California. Un embarazo inesperado y no deseado y la aparición de un nuevo ginecólogo en el lugar, serán dos de los factores que harán replantear a Jenna su existencia y la manera de afrontar la vida en adelante.

Uno de los aciertos de este pequeño (pero agradable) producto se basa en su atinado toque humorístico; un toque minúsculo, sutil y muy peculiar pero que, sin embargo, sirve para distanciarse un tanto del desengaño general que planea sobre las vidas de esas mujeres que intentan -a duras penas y al no tener nada mejor en donde agarrarse- conformarse con lo que les ha tocado.
El otro acierto (sin duda, el mejor) se localiza en la ternura que desprende una insospechada y madura Keri Russell (la televisiva Felicity Porter) encarnando al personaje de Jenna. Su compacta labor le otorga una dimensión casi entrañable a una mujer hastiada del mundo, que detesta su propio embarazo y que sólo encuentra consuelo pensando en los ingredientes de los pasteles que idea a diario: un pastel para cada uno de los episodios conflictivos de su existencia. Y para ello utiliza, en cada ocasión, la magnífica (y perfectamente insertada) voz en off de una inolvidable Russell dando nombre a sus artesanales obras de repostería.
Cine independiente, y de bajo presupuesto, al amparo de una correcta visión femenina, y un tanto pesimista, de la sociedad actual. Una mirada cínica en la que, para suavizar sus intenciones, reviste de fábula infantil su utopico y positivo the end.
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