
Mala Noche, a pesar de sus buenas intenciones, es un título plomizo, pésimamente realizado y montado, en el que no se cuenta nada nuevo al espectador. Esta especie de ensayo torturado, le sirvió a Van Sant como anticipó de las neuras que después dominarían el grueso de su filmografía: la incomprensión, la homosexualidad y la inadaptación social. Cine existencial y vanguardista, fotografiado en blanco y negro (excepto cuatro contados insertos en color) e influenciado, de manera indiscutible, por los cuatro amiguitos que Gus frecuentaba en esa época (el cineasta Jonas Mekas y el polifacético Andy Warhol, entre ellos). Con amistades así, ya pueden hacerse una idea de por donde van los tiros en su debut cinematográfico.
Un film desangelado, aburrido y previsible; de esos en los que uno sale del cine con la impresión de que no ha pasado rien de rien durante la proyección; un título de aquellos que empiezan igual que acaban. Un experimento en super-8, de un niñato con ínfulas, petulante y recién graduado, al que ni siquiera ayudan en nada las patéticas (y forzadas) interpretaciones de sus aficionados actores. No es de extrañar que, tras la experiencia, la mayoría de ellos no quisieran seguir en el oficio. Sólo hay que fijarse un poco en el trabajo de Doug Coeyate -el mejicano adolescente que en el film atiende por el nombre de Johnny-, para descubrir, en él, una de las peores actuaciones sufridas en mucho tiempo. Casi, casi, de vergüenza ajena.
No me gustaría pensar mal (¡Tutatis me libre!), pero una vez soportada Mala Noche, aún entiendo menos el que Van Sant continuara adelante con su carrera cinematográfica. Y no me valen defensas al estilo de “es una ópera prima y sus errores son perdonables” y similares, pues, a lo largo de la historia del cine, hay tropecientas primeras películas, filmadas con idéntica falta de medios y presupuesto, que resultan mucho más eficientes que ésta en sus resultados finales.
En mala hora, tres iluminados del Festival de Cannes recuperaron y restauraron el nacimiento fílmico de Gus. Con lo tranquilo que vivía últimamente...
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