Sitges 2011 abrió ayer noche sus puertas con la película catalana Eva, una cinta ambientada en un futuro inmediato en donde los humanos conviven codo con codo con robots. El trabajo del debutante Kike Maíllo indaga en los sentimientos más íntimos de un ingeniero cibernético que, tras regresar a su ciudad natal para colaborar en la creación de un autómata que posea el alma de un niño, deberá iniciar la búsqueda del pequeño que resulte más adecuado para transferirle sus emociones a la nueva criatura. Técnicamente impecable, se pierde sin embargo en un sinfín de reiteraciones y tiempos muertos que no conducen a ninguna parte. A pesar de sus buenas intenciones, resulta una historia de lo más previsible. Atención a la excelente labor interpretativa de Daniel Brühl, a la siempre impecable Marta Etura y al descubrimiento cinematográfico de la joven Claudia Vega. Por el contrario, a Lluís Homar le ha tocado cargar con el peso de un papel de lo más pésimo y ridículo: un androide con funciones de “chica para todo”.
Aparte de Eva, la jornada de ayer transcurrió dentro de los cánones previstos: sin grandes sorpresas pero dentro de una corrección más que notoria. Contagio, el nuevo film de Steven Soderbergh, ha resultado ser algo inferior a los buenos augurios que presentaba. A modo de docudrama y centrándose en diversos focos y personajes, la cinta indaga en los efectos que causa en la población mundial un virus letal. Unos quince minutos iniciales de antología y dotados de un magnetismo inusual, dan paso a un producto mucho más estándar y en ciertos aspectos en exceso acomodaticio. El estupendo trabajo de sus numerosos actores (de entre los que destacaría a Gwyneth Paltrow y Kate Winslet), la minuciosidad de su montaje y el nervio con que se enfrenta a su vibrante prólogo, contrastan con el desprecio con el cual trata a las redes sociales (y a un alarmista blogger en concreto) y con la preocupante forma de perder gas en su segunda mitad.
El descubrimiento de Attack The Block, planteando una invasión alienígena en uno de los barrios suburbiales de Londres (los mismos que hace poco protagonizaron serios incidentes callejeros en la vida real), ha sido una de las “sorpresas” cantadas de la primera jornada. Delirantemente divertida, acelerada y dotada de un sentido del humor ciertamente socarrón, provocó las delicias de una platea entusiasmada por el planteamiento urbanita y cachondo de su realizador, el británico Joe Cornish, un actor, guionista y director de televisión que debuta en el mundo del cine con este título. Si Ken Loach juntara su cine social con la ciencia-ficción más pasada de rosca, saldría una rareza al estilo de este film. Atención a uno de los jóvenes de color protagonistas, John Boyega, calcadito a Denzel Washington en sus años mozos.
Aburrida hasta la médula resultó Essential Killing, una producción polonesa de 2010, dirigida por Jerzy Skolimowski (el mismo broncas de El Año de las Lluvias Torenciales) y protagonizada por Vincent Gallo. Parca en palabras y capaz de alargar una situación única hasta límites insospechados, narra la caza y posterior huida de un talibán que, en su escapada, vivirá un muy particular viaje interior. Como El Fugitivo pero en versión “colgada”. Personalmente, fui incapaz de soportar su metraje íntegro y practiqué mi propia deserción.
Esta mañana Sitges ha amanecido con Lobos de Arga, una comedia minúscula ambientada en un pueblecito recóndito y ancestral de la Galicia profunda sobre el que pesa una oscura maldición gitana. Su director, Juan Martínez Moreno, no ha sabido estar a la altura de sus dos trabajos anteriores, Dos Tipos Duros y Un Buen Hombre, apostando por una comedia tontorrona y vacía más cercana en intenciones (no en resultados) a su primer título. Hombres lobos, escritores fracasados y pueblerinos cazurros se mezclan en una historia ya vista anteriormente en centenares de ocasiones. A destacar el divertido trabajo de Carlos Areces (este tipo está que se sale) y la fuerza de un gag que, protagonizado por un dedo cercenado, es capaz de levantar en la sala sonoras carcajadas.
A pesar de estrenarse hoy en toda España, también se ha presentado en el certamen Intruders, la nueva película de Juan Carlos Fresnadillo, todo un especialista en el género tras Intacto y la celebrada y trepidante 28 Semanas Después. Protagonizada por un sobrio Clive Owen y Pilar López de Ayala, entre otros, el realizador tinerfeño habla de herencias emocionales y entra a saco en el universo de los terrores infantiles. De factura impecable, la película se apoya en un inquietante y sólido guión y en una puesta en escena excelente y llena de pasajes ciertamente estremecedores. Nunca con anterioridad el “hombre del saco” había llegado tan lejos. Lo mejor y con diferencia, hasta el momento, del festival.
Les dejo. Mucho me temo que esta será una noche pasada por agua. Cosas de Sitges. Seguiré informando.
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