Colombiana, la nueva película de Olivier Megaton, bien podría tratarse de un cruce entre una secuela de El Profesional (León) y una extensión de Nikita. De hecho, uno de sus guionistas y productor es Luc Besson, el artífice de los dos títulos citados y que, en sus diferentes facetas como cineasta, siempre ha seguido acercándose al universo de ambos personajes de modo obsesivo.
La cinta arranca, como en El Profesional, con el asesinato en Colombia de los padres de la pequeña Cataleya, una niña de nueve años que, con el paso de los años y trabajando en Nueva York como sicaria al servicio de un pariente mafioso, urdirá una venganza para acabar con la vida de aquellos que segaron la de sus progenitores. Un argumento manido aunque al servicio de un producto efectivo y altamente entretenido, tras el que se esconde una posible lectura sobre el futuro de Mathilda, el personaje que en El Profesional interpretaba una incipiente Natalie Portman.
Parece increíble que un tipo que se apellide Megaton demuestre tanto oficio a la hora de ponerse a filmar escenas de acción. Y es que en este aspecto el film funciona a la perfección, mostrándose elegante en sus movimientos de cámara y en su meticuloso montaje. Atención a un par de pasajes ciertamente bien resueltos: uno en el interior de una comisaría, lugar en el que Cataleya debe realizar uno de sus mortales encargos y, el otro, durante una pelea, cuerpo a cuerpo, en el interior de un lavabo y con la presencia de un pérfido Jordi Mollà.
A falta de chicha argumental, déjense llevar por la fuerza de sus escenas y, ante todo, por la turbadora presencia de una contundente Zoe Saldana embutida en ropas ceñidas, lo mejor sin lugar a dudas de Colombiana. Un entretenimiento garantizado que, sin embargo, bebe y copia de demasiados referentes.
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