30.1.08

Castillo de naipes

En estos momentos, me siento igual que la pobre mosca que, atrapada en una gigantesca telaraña, es observada atentamente por las sorprendidas miradas de Vincent Price y del pequeño que le acompaña. Una tela de araña en la que caí yo solito y de cuatro patas. Díganme incauto y tendrán toda la razón del mundo.

Posiblemente, los más asiduos a la página, durante las últimas horas, hayan notado alguna que otra cosa extraña en su funcionamiento. El regreso de HaloScan o la desaparición de una buena parte de sus últimos comentarios, son un claro síntoma de que algo no acaba de andar bien. Como les digo, estoy metido de lleno en la lucha por romper, al cien por cien, una viscosa tela de araña que ha desmembrado un tanto la estructura inicial de Spaulding’s blog.

En breve, todo volverá a su cauce habitual. Poco a poco (y en plan amanuense), iré rescatando aquellos comentarios que han sido engullidos por las fauces de la empresa CINESA; una empresa que, en su día (de ello hace ahora casi un año), contactó conmigo y me ofreció la posibilidad de colgar el blog en su web.

Desde el momento en que acepte -igual de ilusionado que un colegial ante un Donuts- y Spaulding’s blog empezó a trabajar a su lado, nada transcurrió por el camino deseado. Un montón de promesas sin cumplir por parte de CINESA, sumadas a los ciento y un desatinos provocados por la empresa informática (Look & Enter) que tienen contratada, le otorgaron un falso aire de dejadez al blog una vez alojado en ese portal. Éstos y otros motivos, como el desinterés demostrado, una y otra vez, por Look & Enter para darle vida y lógica al blog o el modo, nada claro, de contabilizar las entradas del mismo para la facturación mensual -y que, en el fondo, no era más que un truco para convertirme en un becario perenne-, me han conducido a la firme decisión de cancelar el contrato que me unía a ellos.

Por otra parte, me ha molestado en grado sumo la utilización que han hecho de mi página fuera de su portal cuando -a pesar de haber pactado que ésta seguiría libre de cualquier interferencia-, sin pedirme permiso alguno y a través de la ventana emergente del gestor de comentarios, colaron publicidad de CINESA de modo fraudulento (tal y como se puede observar en la captura de pantalla insertada a continuación). Una publicidad que ellos han considerado gratuita, al igual que han hecho con mis servicios en su web durante más de cuatro interminables meses.

El proyecto parecía interesante. Y, a pesar de mi insistencia por resolver un montón de obstáculos, no ha ido bien. De hecho, ya de entrada y para el lector, resultaba un tanto surrealista el que un crítico colgara su parecer en casa de una gran exhibidora cinematográfica. Creía que, en este aspecto, tendría muchas cortapisas a la hora de verter mis opiniones sobre sus estrenos pero, con total sinceridad, les he de decir que siempre respetaron mi libertad de expresión. Y es que lo cortés, no quita lo valiente.

Déjenme un par o tres de días de descanso. La telaraña se va rompiendo poco a poco. He de ordenar mis pensamientos, poner al día ciertos temas abandonados en el entramado del blog y recuperar los comentarios desaparecidos. El malestar de cuatro meses, viendo como la página se me escapaba de las manos, ha significado un duro golpe emotivo para mí. Y es que la ilusión que deposité en el proyecto se me ha desmoronado como un castillo de naipes.

En nada les vuelvo a hablar de cine; de cine libre de palomitas y nachos pegajosos.

Un fuerte abrazo y un beso en la frente a todos los que me soportan a diario.

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