Es curioso, pero aún recuerdo ese día, hace ahora unos 22 años, como si fuera ayer. Fue justo cuando, por primera vez, hablé de cine ante un micrófono en una pequeña emisora de barrio, la ya desaparecida Radio Clot. Junto con dos amigos, estrenaba un programa de cine, Travelling; un espacio que, por otra parte, se alargó –con sus pertinentes modificaciones y pasando por diferentes emisoras- hasta hace poco más de un año. El comentario de la última película de Steven Spielberg significó mi bautizo de fuego en las ondas. Se trataba de Indiana Jones y el Templo Maldito.
Les he de decir que, durante esos tiempos, Spaulding aún no había aparecido en mi vida. Éste surgió un poco antes del nacimiento del blog. Es más, sin la presencia del cínico Spaulding, seguramente nunca habría volcado tanta fuerza sobre esta bitácora. Él fue quien me incitó a ello, a crear su insolente personaje y a afrontar los momentos difíciles con mucha más tranquilidad y, a ser posible, con una sonrisa en los labios. Fue él quien me hizo ver claro que, trabajar para otros por amor al arte, era una gran gilipollez pues, no sólo estuve en diversas emisoras de radio ya que, durante esos 22 años, dejé también mis escritos por un par de publicaciones mensuales de Barcelona. Y siempre, siempre, sin sacar un duro de beneficio.
Suerte tuve desde el principio que, para ayudarme en la ardua (y cara) tarea de informar sobre la cartelera cinematográfica, hubo gente que me tendió su mano. Sin la ayuda de los cines Verdi, Ricardo Gil o, ante todo, el ahora jubilado Toni García (ambos de la antigua empresa CINESA) nunca hubiera podido aguantar el gasto económico que supone consumir tanto cine. Ellos, con las acreditaciones que me facilitaron durante todo este largo tiempo, posibilitaron que pudiera acceder gratuitamente a sus numerosas salas. Siempre les estaré profundamente agradecido pues, en el fondo, para mí ha significado la manera de seguir escribiendo y hablando de una de mis grandes pasiones: la del cine. Es más, la mayoría de ellos eran conscientes de que los medios de comunicación en los que estaba tenían muy poca audiencia y, a pesar de ello, nunca tuvieron problema alguno en renovarme -año tras año- el pase de prensa.
Aquí es justo cuando Spaulding me convenció de que un blog sería el mejor medio para subir audiencias; de un medio propio y más libre “¿No ves que en esas radios y revistillas no te escucha ni lee nadie?, me dijo muy serio, frunciendo las cejas y mirándome fijamente a los ojos. “Vete a Internet y monta un blog de cine”, aconsejome. “Adopta mi personalidad y ponle mi nombre: El blog de Spaulding”. Y así lo hice. Spaulding’s blog abrió sus puertas y, poco más de dos años después, ha conseguido una media diaria que oscila entre las 450 y las 470 páginas visitadas. Y todo ello gracias a ustedes, a Spaulding y a las acreditaciones.
Nunca había pensado llegar a tener una página con tanta vida, en la que además se vierten numerosas y diversas opiniones ajenas. Suerte que, aparte de ustedes, Spaulding se encarga del resto, aunque para ello haya de vapulearme en más de una ocasión para ir al cine o para sentarme ante el teclado. Y precisamente en uno de los momentos más dulces de este blog, es cuando llega una empresa extranjera, absorbe la cadena CINESA y liquidan a más del 50% de sus acreditados de prensa. Spaulding se ha quedado sin pase. Las más de 450 visitas diarias no les importan. A Spaulding y a mí sí; y mucho. Es de suponer que Internet, para ellos, no es más que un campo de despojos, por lo que se muestran incapaces de valorar las 288.500 visitas en los dos años de vida.
Eso es lo único que se puede esperar de los responsables de una cadena de cines en los que, aparte de palomitas, se ofrecen nachos con salsa picante al público de sus salas. Al menos, cuando me manche los pantalones con esa salsa, podré exigir el libro de reclamaciones con la cara bien alta.
Spaulding me ha asegurado que seguiremos. Él y yo. O sea, Spaulding; o sea, yo. Y lo haré con más ganas que nunca, sin interferencias de ningún tipo; igual que en sus inicios. Spaulding’s blog seguirá en la red, día a día, y espero que por muchos años, aunque me arruine... hasta que no pueda pagar la ADSL. Y es que ustedes se merecen esto y mucho más.
¡Va por ustedes! Y no me pillen diarreas, que luego sabré que han comido demasiados nachos.
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