12.7.06

Sin joystick, pero pasando pantallas

Finales del siglo XXI. La sociedad está dividida en dos razas: los humanos y los hemófagos. Estos últimos son una especie mutante debida a un virus provocado por un experimento gubernamental, realizado con la intención de crear al soldado todoterreno. Los hemófagos son una raza en extinción, una especie de vampiros condenados a muerte. Es por eso que, para terminar definitivamente con los pocos que quedan, el Vicecardenal Ferdinand Daxus (la cabeza visible del gobierno instaurado), ha creado un arma letal en forma de niño. La criaturita atiende por el nombre de Six y no es más que uno de los ocho clones que el propio Vicecardenal ha ordenado hacer de su propio cuerpo. Pero Six lleva un anticuerpo que podría ser mortal para los vampiros postmodernos.

Ésta es, a grandes rasgos, la historia que nos plantea Ultraviolet, uno de los más pésimos films fantásticos estrenados los últimos días. El título de Ultraviolet se debe a la presencia de Violet, la heroína hemófaga protagonista que, interpretada por Milla Jovovich, deberá plantar cara a las huestes del tal Ferdinand Daxus y luchar por conservar la vida del pequeño Six ya que, retocando los anticuerpos de éste, ella y los de su misma especia podrían salvarse de una muerte casi segura.

Su director y guionista, Kurt Wimmer, tiene los santos cojones de aseverar que el argumento de Ultraviolet es todo un homenaje a uno de los títulos más emblemáticos de la carrera de John Cassavetes, Gloria. Al tal Wimmer se le debería caer la cara de vergüenza. ¿Gloria es Ultraviolet? Falacias. Lo único que ocurre es que, en este caso, una mujer lucha en compañía de un niño para salvar la vida de éste. Y nada más. El resto es puro espectáculo de feria barata. En multitud de películas hemos asistido a la relación de un niño con un adulto (sea hombre o mujer), huyendo de mafias o de peligros variados. Kurt Wimmer no es más que un farsante como la copa de un pino.

La verdad es que Ultraviolet es un cargante cocktail que mezcla un mucho de Matrix (sus luchas son una copia descarada), con la digitalización excesiva de títulos como el nefasto Catwoman, el entretenido Sky Captain y El Mundo de Mañana o Tron, ese curioso experimento waltdisneyano de lejana memoria La mayor parte de sus decorados son pura informática (eso sí, inspirados, de manera pedante, en algunos edificios emblemáticos de la ciudad de Hong Kong, lugar en el que transcurrió su rodaje), mientras que en demasiadas ocasiones, los personajes de carne y hueso -sobre todo en sus escenas de combate-, han sido retocados digitalmente.

Un film vacío, incluso ridículo y molesto. Una tomadura de pelo en la que el guión es lo que menos importa. Hostia va y hostia viene. La heroína, solita, en varias escenas, luchara contra 10 o 20 guerreros. Y de un solo movimiento, como si de La Novia se tratara, decapitará a los 10 (o 20). Una heroína capaz de sacarse armas del sitio más impensado (sin citar detalles anatómicos) para defenderse de las hordas del Vicecardenal maligno. Todo es válido para que esa muchachita, de buen ver y mejor polvo, salga indemne en cada una de las arremetidas a las que se ve sometida. Y si en alguna de ellas Violet cae muerta, el ultramegadirectoryguionistadelaostia, el tal Kurt Wimmer de las narices, ya se las ingeniará para hacerla resucitar de algún modo.

Como el tío es consciente de que con tropecientas escenas de bofetadas y disparos la cosa no acaba de funcionar, se saca de la manga un par o tres de pasajes edulcorados, de esos de lagrimilla fácil. Como la Violet y el soplagaitas del niño Six pillan buen rollo entre ellos, ofrece al respetable unas cuantas escenas (de lo más simplón y cursilonas) para que los más llorones/as se suenen sus mocos a placer en los Kleenex. Pero... ¡cuidado!... que, a medio moco, vuelven los tortazos, los tiroteos y la informática a todo meter. Entonces, de nuevo, nuestra heroica y esforzada Violet, con el criajo a cuestas, volverá a saltar de pantalla en pantalla, una tras otra, como si se tratara de un video-juego más. Y es que, en el fondo, más que de una película, Ultravioleta es un juego barato de ordenador (típico y tópico) sin posibilidad de interactuar.

Ella, la Jovovich, estará muy buena. Sí, no lo niego. Pero no es excusa suficiente para que se dirijan al cine en tropel a ver semejante gilipollada. Si quieren babear con la Jodov... Jovovich (perdón), quédense sentaditos ante el ordenador y denle con el cursor, cuando tome forma de dedito, a este enlace. Me lo agradecerán.

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