De nombre real Roswicha Bertasha Smid Honczar. Llegó a Barcelona, a principios de los 70, procedente del frío y con su exótica belleza nos calentó a todos, pues rápidamente se convirtió en uno de los principales mitos eróticos de nuestro país. Sus pechos fueron los primeros que se descubrieron del todo ante millones de españolitos sedientos de sexo. Realizó casi un centenar de películas, de esas de las que ya nadie se acuerda, e incluso llegó a ser la madre de Jorge Sanz en Conan el Bárbaro.
Ella tampoco dudó en dejarse tentar por la publicidad. Y, amante de la provocación como era, optó por anunciar una marca de calzoncillos muy popular por aquel entonces.
Con los años se eclipsó su estrellato. Ahora, a los 53 años de edad, tras largas temporadas mendigando por las calles y hurgando en los contenedores de basura, está encerrada en un centro psiquiátrico.
¡Qué rápido los encumbramos y qué rápido nos olvidamos de ellos! Y no es ni ha sido el único caso, pues varios similares vienen a mi memoria...
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