5.12.13

El irlandés


Paul Greengrass, en Capitán Phillips, ha aceptado el reto de adaptar el caso real del secuestro, por parte de un grupo de somalíes, del carguero norteamericano Maersk Alabama, sin caer en el error de convertirlo en el típico telefilm de sobremesa especializado en este tipo de relatos y superando la prueba con una nota más que sobresaliente.


Para ello, el realizador británico ha seguido fiel a su estilo habitual. Al igual que hiciera en El Mito de Bourne y El Ultimátum De Bourne, sigue apoyándose en su filmación cámara en mano (aunque sin sobrepasarse en tembleques como en ocasiones anteriores), lo cual le da a su trepidante narración un aspecto muy cercano al docudrama, realzándolo con su también usual montaje sincopado y acelerado, sobre todo en los diversos pasajes en los que la tensión sube hasta límites insospechados.

Evita, de forma inteligente, convertir a la película en un festival de lágrimas y trampas sensibleras. Para ello, no aparta jamás su objetivo de la acción que sucede en alta mar, sin acercarse en momento alguno al fácil recurso de mostrar en tierra el presumible sufrimiento de la familia de Richard Phillips, el capitán del buque secuestrado quien, para salvaguardar la integridad de su tripulación, aceptó convertirse en el único rehén del grupo secuestrador a bordo de un pequeño y claustrofóbico bote salvavidas.


Un trabajo magnético, capaz de atrapar al espectador desde sus primeros minutos de proyección y que juega, a la perfección, con un crescendo narrativo de elevada graduación. A pesar de tratarse de una historia verídica ya conocida de antemano por la mayor parte del público, nunca decae la intensidad con la que se ha acercado a la misma. Domina de forma brillante el suspense, al tiempo que refleja de manera inteligente la congoja de Richard Phillips, rebautizado por uno de sus raptores como el Irlandés.

Un inmenso Tom Hanks es el encargado de dar vida al angustiado Irlandés quien, con sólo sus miradas, es capaz de transmitir a la platea todos los sentimientos y pensamientos que se le cruzaron por la mente durante la abrumadora odisea. Una magistral lección de contención interpretativa, perfectamente resumidos en sus últimos cinco minutos de proyección y que, por sí mismos, le podrían suponer un Oscar. Y es que el hombre está para sacarse el sombrero.


Dos horas y cuarto de buen cine; de gran cine, del que pasa en un abrir y cerrar de ojos. Bien es cierto que se podría haber aligerado un tanto su metraje pero, tal y como está, ya se trata de una excelente película.

3 comentarios:

caligula dijo...

Para mí, personalmente, la película del año, por encima de Gravity. Tom Hanks increíble, y mira que no le soporto al tío, eh? Sólo igualado este año por la interpretación de la danesa La Caza. Al menos de lo que yo he visto hasta el momento. Quizá el McConahew (que habré escrito mal) de Mud.

Anónimo dijo...

A mi no me gusto mucho, pero bueno....


saludos

yaske dijo...

Una de las mejores peliculas españolas, prefiero el goya a esta pelicula.Una pelicula con muchas risas