Primero se fue Fofó, luego le siguió Gabi y ayer nos abandonó Miliki. Fueron los mejores payasos de mi infancia y siempre les recordaré con una ternura especial. Ello supieron endulzar como nadie la infancia de una generación que creció durante unos años demiasado difíciles. ¿Alguien tomará el revelo para alegrar la vida de los pequeños de la era Merkel?
17 comentarios:
Hombre, sin con Franco se pudo, digo yo que con Merkel más, no? aunque no sé yo si Tele5 dejará que salga algo bueno entre tanta basura que tienen.
Yo de este buen hombre me acuerdo que, siendo crío, me llevaron a una gravación del programa (mi tío era amigo de un cámara de TVE), y Miliki fue el primero en salir, antes de la gravación, para hablar con el público, saludarnos y estas cosas. Y ayer, por otras razones, tuve que pasar el domingo en el tanatorio por la madre de un amigo, justo al lado de donde estaba Miliki.
Y como cotilleo: por allí se pasó Imanol Arias y su novia... tremenda novia se ha echado este hombre!!! madre del amor hermoso...
¡Pero si el Imanol ya tiene sus añitos a cuestas!
y eso que tiene que ver, amigo Spaulding, para echarse una novia soberana y tremenda.
Yo he hecho lo mismo y ya no soy ningún crío...
Don Juan Carlosves de la quinta de Imanol Arias.
Hombreee, se ha pasado usted. Imanol ha cumplido ya los 56 abriles y un servidor anda todavía por los 41.
Si se refiere usted por quinta a nuestro gusto común por las mujeres bellas (Pastora Vega lo es)en eso sí que le doy la razón.
¿El Imanol sólo tiene 3 años más que yo?... Por Tutatis que ya empiezo a tener una edad. Tendré que retomar la medicación.
Ahhh, pensé que lo que iba a retomar usted es la "manía" de Imanol por salir con mujeres bellas.
Si usted tiene una ya bellísima, amigo, bellísima...
Anda, pues yo pensaba que era usted más joven que yo, don Crítico.
P. D. Ha fallecido Larry Hagman, el J.R. de "Dallas".
No, si la nueva churri de Imanol Arias no es ninguna jovenzuela de 20 añitos, no se vayan a pensar.... bueno, sí que, sólo tiene un año más que yo (35 añitos de señora)
Sin embargo, pensaba que el señor Calígula era más viejuno que yo y tiene cinco años menos. País. ;)
Pero quien quiere niñas de 20 años..., amigo Calígula. Mujeres, mujeres de cuarenta años, maduras, con las ideas claras, con personalidad, con criterio... Aunque con 35 también me valen...
En cuanto a las edades: amigo lechero, un servidor tiene ya 41 años. Usted creía que yo era menor que usted porque un retrato mío en el salón de mi casa se encarga de envejecer por mí. Mi estilo es además de camisetas, y el suyo, lo recuerdo bien, era más aseado que el mío. Eso se nota.
En cuanto al señor Calígula, 34 años no se tienen todos los días, disfrútelos, adquiera bagaje, viaje, lea, vea bellas películas, ame mujeres, sea más feliz de lo que nos permiten... Estos consejos son gratis hoy, mañana ya le cobraré por ellos...
Don maldito, que tengan personalidad y criterio en algunos casos no es importante, aunque sí las hace muchísimo más atractivas, frente a otras cosas. Otro tema es que hable de experiencia en las mismas lides y, más aún, no tener que soportar un botellón en un parque o meterse en discotecas con música de Pit Bull a todo meter. Otra cosa ya es meterse en otros temas más, digamos, a largo plazo (entendiendo largo plazo como más de dos semanas)... joder, qué mal me tiro el pisto!! si me paso la vida currando y estudiando y cada vez aguanto menos a la humanidad, sea del sexo que sea.
Los 34 años no están mal, pero añoro los 25 cuando de la hipoteca se encarga otro. Aunque con 25 me moría por tener mi propia hipoteca de mi propia casa. y sí, seguiré su consejo y viajaré y veré bellas películas (y alguna no tan bella) y amaré a mujeres si es que alguna se equivoca y me ama a mí. Aunque últimamente los viajes no pasen de la alcarria y las bellas películas sean las que programan por TV y las mujeres que me amen vivan estresadas por llegar a fin de mes y las conversaciones se centren en asuntos laborales (qué país más negro, coño!!)
Lo que ya no le perdondo a don leches es que me echara más años que a él. No es porque me los eche, que tanto da, es que no sé de dónde se ha sacado esas ideas, si no me ha visto el careto!!
Ahhhh, pero ya tiene usted, amigo Calígula, una mujer que lo ama a usted. Qué callado se lo tenía...
Le noto a usted en el resto de las cosas pesimista, apesadumbrado dentro del engranaje de esta sociedad que nos permite pocas alegrías.
No lo permita: es usted demasiado joven. Aunque, como le dijo Robert L. Stevenson a su doctor cuando este le dijo "Señor Stevenson, o se cuida usted o morirá joven". Y el escritor escocés le respondió: "sepa usted, doctor, que todos los hombres morimos jóvenes..."
Micer Caligae: lo erudito de sus comentarios y su querencia por las necrológicas crearon en mí la imagen de un hombre curtido en mil batallas y mil películas. La imaginación es así.
Don Crítico: recuerde que aquella vez hacía un frío que pelaba y yo las camisetas las dejo para el verano :)
Lo recuerdo bien, amigo Lechero. Y también recuerdo que yo le invité y no olvido que me debe usted una invitación. Se lo digo para que tenga usted en cuenta que me apetece verle a usted, buen hombre. Sería una buena oportunidad estas navidades si usted se acerca por los madriles y llamaremos al amigo Calígula también, por supuesto...
Punto uno: don maldito, no tengo quien me ame, o al menos no una que me ame de continuo. Pero tanto da, como le digo últimamente la humanidad me empieza a cansar cosa mala.
punto dos: este... don leches... ¿lo erudito de mi comentario? espero que sea una ironía, porque como lo diga usted en serio puede ser un sítoma de algo más grave y debería ir usted a un médico doctor.
punto tres: pues si me tengo que ir a tomar unas cañas con ustedes, pues iré. todo sea por tomar unas cañas y echarnos unas risas navideñas en buena compañía.
Micer Caligae: siempre le he visto a usted gran conocedor de estos menesteres del cinematógrafo, aunque nuestros gustos fueran por derroteros culturales distintos.
Don Crítico: a ver cuándo la ocasión es propicia, pero a partir del puente yo a Madrid ni me acerco. ¡Qué agobios!
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