12.11.12

Sólo se vive dos veces


Para celebrar los 50 años de James Bond en el cine, llega Skyfall, la tercera película de la serie interpretada por Daniel Craig quien, al igual que en Casino Royale, lleva al personaje a sus inicios, casi partiendo de cero con respecto a todo lo visto hasta ahora. De hecho, su nueva aventura, está plagada de homenajes y de unos cuantos giros que retoman al 007 del Sean Connery de los primeros años.


En esta ocasión, el director encargado de la puesta en escena es el reputado Sam Mendes quien, con este film, se aleja un tanto de su cine habitual. Y digo “un tanto” pues, en la recta final de Skyfall, el realizador decide no renunciar a su etiqueta de autor y plantea un Bond desde un prisma más psicológico y humano, capaz incluso de soltar una lagrimilla si es necesario. Una buena idea que, sin embargo y debido a su tratamiento (a veces demasiado cercano al de la serie B), embarra el buen ritmo que hasta el momento tenía el que daba visos de ser uno de los mejores títulos de la serie.

La cinta arranca de narices. Su trepidante (y habitual) aventura inicial -una acelerada persecución por las calles de Turquía, finalizada en la parte superior de un tren en marcha-, demuestra un dominio inesperado del cine de acción por parte de Mendes. Un dominio que mantiene hasta bien entrada la película ya que, por ejemplo, todo el episodio que transcurre en Shanghai, aparte de estar dotado de una espléndida fotografía (magnífico el juego nocturno de luces y reflejos en el interior de un edificio de cristal), se muestra excelente a la hora de crear atmósferas tensas.


En Skyfall, 007 vuelve a la actividad, tras haber sido dado por muerto (extraño guiño a Sólo Se Vive Dos Veces), para atrapar a un ex agente rencoroso dispuesto a acabar con la vida de M, su superiora dentro del MI6. Un argumento que permite ambientar buena parte del film en Londres, lugar en el que se encuentra la sede del Servicio Secreto británico y así darle la oportunidad al personaje de lucir sus habilidades en plena capital inglesa; un escenario, en general circunstancial, que aquí cobra un protagonismo especial.


Daniel Craig sigue aferrado a su modo más brutote y visceral de afrontar el personaje, mientras que el malo de turno, un brillante Javier Bardem que, tras su peculiar e inolvidable malvado de No Es País Para Viejos, con Silva consigue de nuevo un villano de antología; un canalla sibilino y amariconado al que se ha de disfrutar en su versión original, pues por lo que he podido intuir con el trailer español es que el doblaje le hace un flaco favor.

En cuanto al duelo Craig-Bardem resaltar, ante todo, el inolvidable (y diría que antológico) primer encuentro de sus dos personajes. Un encuentro marcado por diálogos cínicos e inteligentes y en donde Bardem toma la voz cantante para dejarle a un sometido Daniel Craig el rol de comparsa; un comparsa, por cierto, capaz de replicar ciertas insinuaciones de su perverso adversario con mucho sentido del humor.


Hasta aquí todo perfecto. Tal y como citaba con anterioridad, Skyfall patina en su última parte, justo cuando la acción se desarrolla en un recóndito paraje de Escocia. Justo en ese punto empieza una película totalmente distinta, cercana a la serie B. Acumula homenajes, sorpresas y giros de guión de forma abusiva y en un tiempo mínimo. Mendes se planta el sombrero de autor y se inmiscuye en el pasado de Bond, desvelando traumas y rencores de un espía al límite de sus fuerzas. La cosa, en sí, tendría su gracia si no fuera por el aburrido desmelene con el que se plantea.

Dos películas en una. Personalmente, me quedo con la entretenida y bien filmada primera parte: todo un lujo. Después, la historia cambia de tercio: desmitificar siempre tiene su coña, pero hacerlo de manera tediosa y rompiendo el espíritu de la serie, no tanto.

4 comentarios:

Crítico Maldito dijo...

Muy de acuerdo con usted, amigo Spa, sin que sirva de precedente, ehhhh

El Señor Lechero dijo...

No sé, no sé. A mi Bardem me ha recordado a Christopher Walken en aquello de "el valle de la Silicona".

Crítico Maldito dijo...

Es verdad, ahora que lo dice amigo Lechero, el barden se parece al Walken.

Yo, en mi crítica para Acción (haciendo publi, jeje), y permitanme citarme, aunque sé que no queda muy bien digo algo así como que "alguien le diga al Bardem que para hacer de malo no hace falta agotar todos los pelucones ridículos de Hollywood"

Spaulding dijo...

El Walken también fue villano (y teñido) en una del Bond, justo en la última de Roger Moore, Panorama Para Matar. Todo acaba ligando.