24.2.14

Enamorarse


Spike Jonze es un cineasta peculiar, extraño, capaz de no dejar indiferente con sus films a nadie, sea para bien o para mal. Con Her ha llegado a su madurez como director, al tiempo que nos ofrece su obra más redonda. Emotiva, divertida, crítica, ácida... un poco de todo para envolver una atípica historia de amor: la que nace entre Theodore, un escritor solitario empleado en una empresa dedicada a redactar cartas para terceros, y un nuevo sistema operativo, recién salido al mercado, que ofrece una relación virtual totalmente distinta, aunque igual o más profunda, a la de las relaciones sentimentales entre seres de carne y hueso.

Ambientada en un futuro no muy lejano, en donde la informática y los temas virtuales están a la orden del día (como ahora, vaya), Jonze nos sirve en bandeja de plata una de las historias de amor más profundas y diferentes que nos haya brindado el cine. Apoyándose en el excelente trabajo interpretativo de un Joaquim Phoenix fuera de serie (genial representando él sólo una relación de pareja) y en la cálida y sugestiva voz de Scarlett Johansson (en el original, la voz que emerge del sistema operativo), el realizador de Cómo Ser John Malkovitch urde un cuento, de tintes fantásticos, tan emotivo como sugerente.


La cinta, a pesar de su insólito planteamiento, es capaz de retratar los sentimientos más profundos de un hombre solitario, en pleno proceso de divorcio, que descubre su plenitud como persona al sentirse totalmente atraído por una máquina. Y lo hace de forma inteligente, sin renunciar a su agridulce sentido del humor y haciendo totalmente creíble para el espectador que un tipo como Theodore caiga en las redes sentimentales que le propone la locución que surge de su nuevo artefacto; una voz que denota una sabiduría y una emotividad fuera de lo normal, la voz de Samantha. Un flechazo total, tanto a nivel anímico como físico, en el que no tardarán en aparecer las típicas constantes que marcan las relaciones entre seres humanos. Los celos y el querer llegar a más serán, tan sólo, algunos de los problemas que se les plantearán en su intensa correspondencia emotiva.


Una película vibrante, conmovedora, atemporal, de calmada puesta en escena y diestra a la hora de anunciar lo que nos puede deparar la actual dependencia de la informática y las redes sociales; una realidad que está creando un ingente regimiento de gente solitaria que se muestra más segura en sus relaciones virtuales que en el más natural cara a cara de toda la vida. Un film de visión obligatoria, tanto por tratarse de un derroche de fantasía y sentimientos varios como por la originalidad que conlleva una obra tan arriesgada y, en el fondo, más real de lo que nos pueda parecer a simple vista. Y, a ser posible, en versión original subtitulada: sería todo un pecado despreciar la seductora tonalidad de Scarlett Johansson al optar erróneamente por la de un doblaje más lineal y mucho menos personal.


Les dejo. Me voy a conectar con mi sistema operativo.

2 comentarios:

El Señor Lechero dijo...

Querría comentar algo sobre la peli pero ¡ay! se nos ha ido el gran Harold Ramis, grandioso cazafantasmas y director de la mítica "Atrapado en el tiempo". La polca de Pensilvania suena hoy más triste.

Spaulding dijo...

Cuantas grandes comedias nos regaló este hombre. Atrapado en el Tiempo es una de mis preferidas. Una película redonda que nunca me cansaré de ver.