

Hasta aquí, todo bien. El problema radica en Digital + y el nulo respeto que muestran por sus abonados quienes, entre pitos y flautas, se han de someter a la cuota más elevada de las televisiones de pago en España. Pasando totalmente de sus clientes (que, en el fondo, son quienes les dan de comer), se atreven a jugar con sus emisiones igual que si fueran una televisión gratuita. El espectador (o sea, el que suelta sus eurillos para disfrutar de una tele "teóricamente" limpia de impurezas) ha de soportar estoicamente que los señores de Canal + destrocen la última escena del primer episodio de True Blood, justo antes de los créditos finales, para anunciar el siguiente espacio en la parrilla de programación. Y para ello, rompiendo la tensión que conlleva la citada escena, no se les ocurre nada mejor que empequeñecer la imagen y, en primer plano y bajo un fondo blanco inmaculado y cegador, insertar su autopublicidad. ¡Mandan cojones! Para muestra sobre tal falta de respeto (hacia la obra y hacia quienes les mantienen), aquí tienen el siguiente YouTube.
Con ejemplos como éste, queda bien claro que siempre es más desagradable un chupadineros que un chupasangres. De seguir así, no se sorprendan los de la plataforma digital cuando muchos de sus abonados sigan dándose de baja.
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