24.10.16

Entre Harry Potter y X-Men


Pues nada, que Tim Burton, en su nueva película, parece tener la intención de recuperar la magia y esa imaginería visual que tanto le definió en sus orígenes cinematográficos. Su título (de por sí, ya poco llamativo) es El Hogar de Miss Peregrine Para Niños Peculiares; un título enrevesado y difícil de memorizar que, con el paso del tiempo, se le acabará conociendo como “esa cosa de los niños raros del Burton”.


La cinta narra las vivencias de Jacob, un joven que, tras vivir una tragedia familiar, decide iniciar un largo viaje hasta una escuela en ruinas en la que, antaño, estuvo viviendo como interno en su infancia su propio abuelo; una escuela que, ubicada en un remoto rincón de la costa de Gales, estaba destinada a niños con poderes a los que había que mantener alejados de la sociedad. Un bucle temporal hará que Jacob pueda conocer de primera mano a los habitantes del lugar y les ayude en su particular lucha contra las fuerzas del mal.


La propuesta le funciona a ciertos niveles. El universo imaginario vuelve a ser atractivo y ciertamente peculiar. Su primera hora, con un inicio de lo más prometedor, logra mantener al espectador enganchado a la pantalla. Y punto, pues cuando entra totalmente en materia, la cosa se le escapa de las manos y se pierde en un maremágnum llevo de absurdos viajes en el tiempo y en una historia que pierde aceite por todos los lados, en donde lo único que domina es un absurdo festival de efectos digitales que apagan por completo su casi inexistente trama.

A pesar de ritmo que le intenta imprimir, la Miss Peregrine de las narices (más de dos cansinas horas de metraje), aburre hasta extremos impensables y, lo que podría haber sido un relato muy propio del Burton de los primeros tiempos (y más teniendo en cuenta el interesante original literario de Ransom Riggs en el que se basa), se convierte en un insulso híbrido entre la serie de Harry Potter y la de los X-Men.


Lo único destacable del invento, aparte de su hora inicial y para animar un poco el cotarro, se encuentra en la presencia (siempre de agradecer) de Eva Green y las apariciones (por no decir cameos) de gente de la talla de Samuel L. Jackson, Judi Dench, Rupert Everett o del mismísimo Terence Stamp. Al menos, en este film, no aparece el (últimamente) insufrible Johnny Depp, actor fetiche de Tim Burton, lo cual supone un punto a su favor. Todo lo que nos ahorramos sin él, vaya.

2 comentarios:

El Señor Lechero dijo...

Don Spa, se ha muerto el hombre de CIPOL.

Spaulding dijo...

Lo sé, lo sé. Uno de mis referentes infantiles. Una pena.