13.11.14

Salvar París


Diplomacia, el último film de Volker Schlöndorff, llega mañana a las pantallas españolas, precedido de una fenomenal acogida tanto en el Festival de Cine de Berlín como en la Seminci vallisoletana. En ella, el cineasta alemán urde un emocionante homenaje a la ciudad de París al tiempo que plantea un ingenioso toma y daca entre dos actorazos como la copa de un pino: André Dussollier y Niels Arestrup.

Basada en la obra teatral de Cyril Gely y, al igual que ésta, ambientada en la sofocante noche del 25 de agosto de 1944, a muy pocas horas de que los aliados entrasen en la capital francesa para liberarla, la cinta de Schlöndorff se centra, casi única y exclusivamente, en la forzada negociación que llevaron a cabo el gobernador militar alemán, Dietrich von Choltitz (un contundente Arestrup), y el cónsul general sueco de París, Raoul Nordling (inefable Dussollier), para evitar que la ciudad fuera dinamitada en toda su extensión.


Teniendo como marco principal la habitación del lujoso hotel parisino que von Choltitz utilizaba como despacho personal, Diplomacia se alza como una inteligente ficción sobre lo que pudo suceder en ese aposento durante tan larga y tensa noche; una invención que bien podría no estar muy lejos de la realidad.

Dotada de un ritmo ágil y de diálogos trepidantes y mordaces, la película debe buena parte de su fuerza a las excelentes interpretaciones de sus dos principales actores quienes, con anterioridad, ya habían representado los mismos papeles sobre los escenarios teatrales. De entrada, logran que el espectador empatice rápidamente con el personaje de Nordling, el cónsul sueco, tanto por su desparpajo verbal como por la humanidad que rezuma, al tiempo que, poco a poco, va dulcificando el despótico carácter del general nazi para ayudar a entender las claves por las cuales, un hombre afín a Hitler y al Tercer Reich, acabase desacatando las órdenes directas del propio Führer.


84 minutos sin desperdicio alguno. Dos actores en estado de gracia, un mínimo toque de comedia (que siempre es de agradecer), unos cuantos personajes episódicos más y unas cuantas vistas delicadamente escogidas de un París dorado por el sol, arropan uno de los más sentidos tributos a la llamada Ciudad de la Luz.

3 comentarios:

caligula dijo...

Se me da un aire, por el argumento y por ser París, a una obra de teatro que se titula La Cena que vi hace años con Carmelo Gómez y J. Mª Flotats, también durante una noche antes de que pasara algo importante o terrible en París, pero esta vez en el marco de la Revolución Francesa. Me gustó mucho esa obra, muy interesante (claro, que con Carmelo Gómez no podía ser de otra forma... ¿dónde estará este hombre?) Si va por los mismos derroteros, seguro que es una película genial. Pero luego las comparaciones son odiosas

Spaulding dijo...

He indagado lo de La Cena y no se trata de la misma obra, ya que su autor es un tal Jean Claude Brisville, pero, por su temática, puede tener ciertos paralelismos.

Sea como sea, le recomiendo Diplomacia. Seguro que le gustará.

caligula dijo...

Ayer vi el reportaje en Días de Cine (cuanto ha perdido ese programa sin los comentarios de Gasset, pero al menos ya no está la Guillén Cuervo), y tenía muy pero que muy buena pinta... más aún para los que somos aficionados a la II Guerra Mundial y sus alrededores.