20.11.14

Cualquier tiempo pasado fue mejor


Es una pena ver como un cineasta de la talla de Rob Reiner, capaz de haber filmado títulos de cierta envergadura como La Princesa Prometida, Cuando Harry Encontró a Sally, Cuenta Conmigo, Algunos Hombres Buenos o Misery, entre otros, entra en plena decadencia dedicándose a dirigir medianías insoportables como la recién estrenada Así Nos Va, una cinta para el lucimiento absoluto de dos estrellas igualmente en decadencia: Michael Douglas (qué lejos le quedan los tiempos de El Síndrome de China o Instinto Básico) o Diane Keaton (otrora musa de Woody Allen y con productos tan interesantes en su haber como los de la trilogía de El Padrino).

Así Nos Va (que mejor sería haberla titulado Así Les Va), plantea un tema tan manido como el de los romances otoñales protagonizados por un par de viudos. Por un lado, Oren Little, un agente inmobiliario amargado y prepotente que no ha sabido superar la muerte de su esposa y, por el otro, Leah, una mujer bondadosa que, aparte de llorar día y noche a su difunto marido, se gana la vida como cantante nocturna en un café restaurante. Vecinos ambos en un pequeño complejo de apartamentos, convergerán emocionalmente cuando el primero tenga que hacerse cargo de su nieta de 10 años, durante 9 meses, al ingresar en prisión su único hijo.


Mientras Diane Keaton sigue aferrada a su (ya eterno y cansino) papel de payasa, Michael Douglas, a pesar de haber flirteado últimamente demasiadas veces con la comedia (y siempre con nefastos resultados), hace lo que puede (más bien poco) para llevar a buen término (lo de “buen término” es un decir) el tipiquísimo personaje de un tipo gruñón y estúpido tras el que se esconde una fuerte carga de humanidad. Y, de propina, para acabar de crispar a las plateas, la insufrible sosería de la pequeña Sterling Jerins, la niña que interpreta a la nieta del abuelito Douglas.


Predecible y dirigida sin ningún tipo de profesionalidad por un Reiner en baja forma -que incluso se ha reservado un mínimo papel en la película (un bonachón pianista con bisoñé encasquetado en la cocorota)-, la cosa no hay por donde pillarla. No sorprende en absoluto (la historia está cantada desde el primer minuto de proyección), sus escenas teóricamente cómicas no lograr ni esbozar una mínima sonrisa en el espectador y, lo que es peor, cuando pretende emocionar, ni emociona. La propuesta, en general, es tan ñoña que tumba de espaldas al más pintado.


Qué triste es descubrir lo patética que resulta la decadencia intelectual, física e interpretativa en gente que, en el pasado, se labró una carrera de lo más prestigioso. Es mejor retirarse a tiempo, como hizo en su época el genial Cary Grant para evitar caer en productos tan vergonzosos como éste. Así les va.

4 comentarios:

caligula dijo...

Como hizo Cary Grant... y Greta Garbo, especialista en portazos y salidas a la francesa para no volver a asomar el pescuezo.

Por cierto, no sé si le interesará, pero tal día como hoy aniversario de otras muertes, ha estirado la pata la Duquesa de Alba. Y parecía inmortal!! Se nos acaban los inmortales del siglo XX que estaban hasta en la sopa: ya cayeron Carrillo, Fraga, Rainiero de Mónaco y Juanpa II. Creo que sólo nos quedan en pié Fidel Castro y Manuel de Oliveira, no?

Spaulding dijo...

Se deja a Aznar y a Rajoy.

caligula dijo...

Hombre esos todavia no tienen 100 años pero llegaran. Y tampoco.han tenifo tanta importancia historica y social como el resto. Bicho malo nunca muere.

Por cierto apunte un cadaver mas interesante. El bueno de Mike Nichols

Spaulding dijo...

Mañana, Nichols tendrá su merecidísimo homenaje en esta página.