Se acaba el 2013 y, al igual que cada año por estas
fechas, es el momento de recapitular y dejar constancia de los que han sido, a
mí gusto, los diez mejores títulos de la temporada cinematográfica. Inevitablemente,
algunas películas han quedado fuera de la lista. Así, por ejemplo, excelentes
cintas como Searching For Sugar Man, La Noche Más Oscura o Prisioneros, se han
quedado en la reserva.
Sin más dilación, las 10 mejores del año. Y, como
siempre, de menor a mayor relevancia. O sea, del 10 al 1.
10.- Expediente Warren. Una original y, al mismo
tiempo, muy clásica manera de enfrentarse a uno de los argumentos más manidos
del cine fantástico: el de las casas embrujadas. Con este film, James Wan (el
mismo de Saw), consigue el trabajo más redondo y compacto de su carrera.
Basándose en un caso (en teoría) real sucedido durante la década de los 70,
muestra la forma en que un matrimonio de demonólogos se enfrentó al exorcismo
de una granja poseída por el demonio a petición de los integrantes de una
familia recién instalada en el lugar. Una historia, típica y tópica, a la que
el realizador se acerca de forma inteligente y efectiva. Plagada de guiños
al género y dotada de una excelente recreación de la época, la película entretiene
y asusta por partes iguales. Un divertimento en estado puro. Para disfrutar
al cien por cien y sin complejos de ningún tipo.
9.- A Puerta Fría. Tras haber indagado en el mundo
de las relaciones laborales en Bienvenido a Farewell-Gutmann, el barcelonés
Xavi Puebla se instala en el interior de un hotel de Sevilla y, aprovechando una
feria de vendedores del sector del electrodoméstico, vuelve a arremeter con
saña contra el mundo laboral. La inseguridad, el miedo al despido y la quemazón
de tantos años sirviendo a una misma empresa, quedan perfectamente retratados
por la cámara de Puebla. Trabajar contrarreloj y con la espada de Damocles
sobre la cabeza, nunca es sano. Y menos cuando el asalariado recibe un ultimátum para no verse de patitas en la calle. Todo vale para seguir a flote. Nada
que envidiar a un excelente film de características similares: Glengarry Glen Ross. Ciertamente estremecedor y, de propina, con un par de excelentes
interpretaciones, las de Antonio Dechent y María Valverde: ambos están que se
salen: incluso se comen con patatas a un desangelado Nick Nolte, el invitado especial.
8.- Capitán Phillips. Paul Greengrass recrea, con
brillantez, el caso real del secuestro, por parte de un grupo de piratas
somalís, del carguero norteamericano Maersk Alabama. Y lo hace fiel a su estilo: cámara en mano,
montaje sincopado y ritmo trepidante; una cadencia narrativa acelerada que no
deja respiro al espectador. Detrás de la imagen, hay que destacar un valioso
trabajo de documentación capaz de generar un guión inteligente, cargado de
suspense y muy cercano al docudrama. Rehúye cualquier tipo de trampa
descriptiva y, en todo momento, evita caer en el manido recurso de conseguir la
lágrima fácil del espectador. Un film intenso y vibrante que, además, cuenta
con la presencia de un Tom Hanks excepcional quien, en los últimos cinco
minutos de proyección, nos obsequia con una magistral lección de
interpretación. Para sacarse el sombrero.
7.- El Último Concierto. Yaron Zilberman retrata las
relaciones existentes entre los cuatro integrantes de La Fuga, un cuarteto
musical de cuerda que lleva 25 años recorriendo los escenarios con sus
conciertos. Tres hombres y una mujer. El Alzheimer podría desmoronar lo que, a
primera vista, parecía una formación modélica. Por detrás, un festival de
recelos, ambiciones, enfrentamientos y envidias de todo tipo. De narración
calmada y guión tan afinado como las notas de la música clásica por la que se deja
arropar, se trata de un trabajo sobrio capaz de diseccionar los rincones más
débiles del ser humano. Zilberman se muestra frío y distante con sus personajes
y, a pesar de ello, consigue emocionar sin recurrir a truculencias lacrimógenas,
cerrando su historia con un magistral final en donde la música se convierte en su principal y único protagonista. Los ejecutores más visibles de una obra de tanta envergadura
sensitiva son Christopher Walken, Philip Seymour Hoffman, Catherine Keener y
Mark Ivanir: un cuarteto de excepción. Una pequeña joya en bruto, llena de
sentimientos enfrentados y gigantescas interpretaciones.
6.- Gravity. Con sólo dos actores -una efectiva Sandra
Bullock y un episódico George Clooney-, Alfonso Cuarón nos ofrece su mejor
trabajo después de la compacta Hijos de los Hombres. A pesar de la insistencia
de muchos en compararla (erróneamente) con 2001: Una Odisea del Espacio, el
realizador mejicano se embarca en una aventura espacial que muy poco tiene que
ver con el mítico título de Stanley Kubrick. Ciencia ficción con más realismo a bordo que
ficción. Una historia de supervivencia, pura y dura. La cinta arranca durante
los trabajos de mantenimiento de un transbordador espacial por parte de los
tripulantes del mismo. Un inesperado accidente dejará a dos de ellos, en pleno
espacio, solos y a la deriva. Ella es una ingeniera en su primer vuelo; él, un
astronauta veterano en su última salida antes de retirarse. La tragedia sólo
acaba de empezar. La lucha por seguir con vida parece un imposible. Y más
cuando todo empieza a torcerse hacia derroteros ciertamente preocupantes. La
Bullock por fin demuestra que es una buena actriz; de hecho, ella solita carga
con casi todo el peso de su magnético metraje, ya que el Clooney
sólo pasa accidentalmente por ahí. Bueno... ella y el 3D; un 3D que, en manos
de Cuarón, se amolda perfectamente a las intenciones del film.
5.- Blue Jasmine. Con claras reminiscencias a lo Un Tranvía Llamado Deseo, Woody Allen parece olvidarse de su gris etapa europea y,
desde su país natal, nos regala una de sus mejores obras. Comparable en intenciones y acidez a Delitos y Faltas, el realizador
neoyorquino entra a saco en el retrato de Jasmine (aka Jeanette), una mujer al
límite, a un punto de la locura, que quiere empezar una nueva vida, aunque sin
renunciar por ello a los placeres y lujos de los que se había rodeado hasta el
momento. Ambientada en plena crisis mundial y contando con una Cate Blanchett excepcional,
capaz de llevar su papel hasta extremos increíbles sin perder jamás la
compostura, la cinta navega entre el melodrama y la comedia; una comedia, de
todos modos, cargada de una mala leche supina. Una montaña rusa de sentimientos
y sorpresas, llena de diálogos y situaciones inteligentes, al tiempo que dotada
de una elegante sensibilidad a la hora de trazar uno de los mejores personajes
femeninos de su dilatada filmografía. Y es que quien tuvo, retuvo.
4.- Django Desencadenado. La venganza, al igual que
en Kill Bill, vuelve a ser el tema central en un film de Quentin Tarantino; una
venganza que se mezcla con una ácida crítica a la época del esclavismo y las
plantaciones de algodón en el sur de los EE.UU. Para ello, urde una trama sencilla y efectiva. Divide
la película en dos claras mitades: en la primera, se acerca al trabajo de dos
cazadores de recompensas y, en la segunda, a partir de la aparición del malvado
personaje al que da vida un contundente Leonardo DiCaprio, se adentra en el
núcleo de la revancha. Su guión destila cinismo y sentido del humor (con guiño
incluido al universo de los Monty Python), siguiendo fiel a sus particulares diálogos
y a ese toque de violencia que, de tan exagerado, resulta perversamente
divertido. Un nuevo homenaje del realizador al cine más popular, a ese cine de
barrio que, entre otras muchas cosas, hizo grande un género como el del
spaghetti western al que claramente reivindica en esta ocasión. Qué bien se le
da a este hombre eso de reciclar géneros referenciales: les lava la cara, los
pule y los potencia a la máxima expresión. Y además, entretiene.
3.- La Mejor Oferta. Giuseppe Tornatore, a través de
un melodrama con aspecto de thriller enigmático, afronta el retrato de un
personaje atípico: un agente de subastas caracterizado por su asumida soledad y
sus numerosas excentricidades. Y lo hace con la complicidad de un gran Geoffrey
Rush, el actor que da vida a su extravagante protagonista y que, a través de
una sobriedad incuestionable, compone a una figura conflictiva sin caer en el
más mínimo de los histrionismos. Una historia de amor, un misterio inquietante.
Lo de menos, es la intriga que propone; tanto da que sus giros de guión no
lleguen a sorprender del todo al espectador. Lo que de verdad importa y
engancha es su lento, minucioso e imparable crescendo narrativo y la genuina
manera de aproximarse a la imagen de un tipo estrambótico atrapado por su amor
al arte y por el amor que siente hacia una chica enfermiza, misteriosa y agorafóbica.
Todo un festival Geoffrey Rush al servicio de una historia magnética y
perfectamente contada. Una orgía visual capaz de desencadenar sentimientos
inusuales.
2.- Vivir Es Fácil Con Los Ojos Cerrados. David
Trueba nos obsequia con uno de sus films más redondos y atractivos. Con la
nostalgia como base, introduce al espectador en una muy peculiar road-movie en
la que involucra a un desencantado maestro de escuela cuarentón y a dos jóvenes
con propósitos muy distintos. Ambientada en los años 60 en una España gris
tocada por la dictadura franquista (esa España que tanto anhelan ahora los pepistas),
se trata de un trabajo optimista que, sin embargo, también es capaz de
retratar, de forma muy veraz, la tristeza de un país asfixiado. En su historia,
se mezclan varios personajes en busca de una salida a sus respectivas vidas, ya
sea a través del universo mediático de The Beatles (y, en concreto, de la
figura de John Lennon) o a través del propio cine como fábrica de sueños. Una cinta agridulce, perfectamente delineada, capaz de ensamblar
a la perfección el melodrama con la comedia y de afrontar el desconsuelo de sus
personajes principales desde un prisma esperanzador: la cuestión es buscar esa libertad
que se les negaba en esa piel de toro de charanga y pandereta. Y es que son tantas y diversas las sensaciones que transmite que resulta imposible resistirse a la melancolía.
De visión obligatoria.
1.- La Caza. Un film compacto y duro que, partiendo
del falso testimonio de una niña, se adentra en un estado de histeria colectiva
y en la estigmatización de un hombre inocente. Dirige, con mano firme, Thomas
Vinterberg, el mismo de la espléndida Celebración y la asfixiante Submarino. La
película, ambientada en un cerrado ambiente rural, indaga en la impotencia de
un falso culpable que, por culpa de una infamia, verá mancillado su honor: de
la honestidad a la pederastia en cuestión de segundos. Dura, fría, contundente
y dotada de diálogos y pasajes ciertamente inteligentes y sobrecogedoras. Una
obra de una crudeza inusitada, capaz de plasmar en imágenes la transformación
de una comunidad aparentemente plácida en una descarnada jauría humana. Y, de
propina, con el aliciente de poder disfrutar del trabajo de Mads Mikkelsen, uno
de los mejores actores del panorama actual. Como diría mi amigo Carlos Pumares:
“para ver en reclinatorio”.
En el próximo post, lo peor del 2013.
7 comentarios:
Estoy de acuerdo contigo. Una cosa: El expediente Warren es un filme que crea tensión y con unas imágenes que sorprenden y no precisamente por los trucos de "ruido" de la mayoría de las películas de terror que deben asustar sacando de la butaca al espectador precisamente por el ruido inesperado.Trampa,trampa.Lo único que detesto de esta película es el manido diablo y como solución al espanto la biblia, el cura o el que hace de cura.¿No te parece? Qué poca imaginación,coño.Otra cosa que me gusta es Lili Taylor;una actriz desaprovechada en muchas películas y de cuya presencia siempre es un placer y que ya pasó lo suyo en The Haunting.
Un cordial saludo
Tampoco creo que lo del diablo y la solución a ello sea tan descabellado. La película juega a homenajear al género a golpe de tópicos, aunque perfectamente colocados y sin trampas sonoras como bien usted dice.
Que tenga una feliz 2014.
Señor Lechero: Me deja usted de piedra con lo de Kiko Rivera y Jaimito. ¿Tendré un poder? vaya desgracia he provocado.
Lo más peor, mañana, inaugurando el 2014.
Por cierto: feliz año nuevo, buen hombre.
Primero lo más importante: feliz año a todos ustedes!!
Y después lo demás. Respecto a la lista, menos mal que me ha puesto Capitán Phillips y Gravity (en el fondo son películas muy parecidas) y ha culminado con La Caza. Por cierto, que nadie lo dice, pero a mí el personaje del pirata negro de Capitán Phillips me pareció también estupendo.
Por otro lado, la de Tarantino me pareció una Tarantinada de las suyas en las que hacía lo mismo de otras veces pero alargándolo, no me gustó mucho. Y la del Expediente Warren, todo muy de acuerdo, salvo el final en el que se ponen en plan espectácular. Hasta ahí todo perfecto, pero parece que se gastó todo el presupuesto de efectos especiales en el final... y, bueno, que al final se ponga en plan la familia unida.
Por cierto: no veo en esta lista Nynphomaniac... estará en lo más peor?
Nymphomaniac, al igual que el porno, hay que verla en casa, a solas y a oscuras.
Pues no se crea que Nynphomaniac es para tanto en cuanto a guarradas. Al menos la version estrenada. Habra que esperar a la larga con todas las cerdadas. De hecho no es de las mas burras de Lars von Trier. Eso sí, a mi me ha gustado
Me sobra la de Tarantino y de "La mejor oferta" esperaba algo más. En conjunto me parece, como acostumbra, una gran elección del año que nos dejó. La caza es magnífica y Mikkelsen está gigantesco.
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