Javier Ruiz Caldera debutó en el campo del
largometraje con Spanish Movie, un divertido guiño gamberro al fantástico
español muy al estilo de los Scary Movies norteamericanos, pero a lo Nacional
Show. Después, con bastante acierto, siguió aplicando la fórmula de comedia
yanqui en su siguiente título, Promoción Fantasma, una locura ambientada en una
escuela en donde habitan cinco alumnos fantasmas. Ahora, con 3 Bodas de Más,
aparca el fantástico y, siguiendo anclado en la comedia y en su empecinamiento
por trasladar a nuestro país el cine que nos llega del otro lado del charco,
urde un producto claramente inspirado en los Farrelly (¿inspirado o, mejor dicho, robado?).
El humor grueso (por momentos totalmente chabacano)
y la escatología están a la orden del día a la hora de contar los problemas
sentimentales de Ruth, una joven bióloga, especializada en langostas, que no
llega a encontrar a su hombre ideal y que, para más inri, será invitada de
forma consecutiva a tres bodas distintas protagonizadas por tres parejas que la
dejaron tirada.
La cosa empieza con cierta gracia. El primer sketch,
antes de los títulos de crédito y contando con la presencia del televisivo
Berto Romero, es todo un prometedor acierto. Pero hasta aquí llega la inspiración de Ruiz
Caldera y sus dos guionistas (Pablo Alén y Breixo Corral). Una vez superados los citados créditos, la película cae en picado,
convirtiéndose en un cúmulo de chistes baratos en donde un machismo de lo más rancio se abre
paso de manera avasalladora. Eso sí, muy a lo Algo Pasa Con Mary pero sin la
chispa de ésta y mezclando, al unísono, todos los tópicos que aparecen en
la dilatada filmografía sobre bodas y enredos sentimentales con las que, desde
hace unos cuantos años, los americanos inundan nuestra pantallas.
Un despropósito descomunal y previsible, en donde surfistas,
cirujanos plásticos, travestis, becarios enamoradizos y todo tipo de personajes
variopintos tienen cabida para incidir en la fallida vida sentimental de la afligida Ruth,
una muchacha que, al igual que la Kim Basinger de Cita A Ciegas (¡aunque salvando las distancias!), demuestra cierta
facilidad para pillar unas cogorzas de ahí te espero, una excusa ideal para
orquestar un sinfín de gags de lo más patético y con cierta tendencia a eso tan infantil de lo del “caca,
culo, pedo”. Eso sí, siempre con la mirada puesta en el universo de los
hermanos Farrelly, pero en patrio.
La elección de una sobreactuadísima Inma Cuesta para
dar vida a la torpe Ruth en nada ayuda al buen seguimiento de la comedia; una
comedia que finge apoyarse en un argumento lineal pero que, en realidad, está
construida a base de pequeños episodios, en forma de casamientos, al tiempo que acumula (como reclamo comercial) un desfile de numerosos rostros populares
de la pequeña y gran pantalla para que disfruten de sus pertinentes minutitos de oro, como sucede
con el citado Berto Romero o el mismísimo Paco León, entre otros. Eso sí, a
Quim Gutiérrez le cede un poco más de metraje para que dé rienda suelta a sus
pocas dotes de comediante (¿por qué narices se habrán empeñado últimamente en
que este chico vale para hacer payasadas?).
Un consejo: recurran a los originales. Repasen de nuevo Algo
Pasa Con Mary y similares y olvídense de burdas copias a la española. Saldrán
ganando.
1 comentario:
Ya era difícil que fuéramos a verla, pero nos lo ha confirmado, maese Spaulding. Mejor nos vamos a ver la de la prisión con el Sly y el Chuachi.
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