15.2.13

Simbolismos y Parkinson


Hay películas que, cada año y de forma incomprensible, se cuelan en la terna final de las nominadas al Oscar. Bestias del Sur Salvaje es un buen ejemplo de ello. Disfrazada de alegoría poética y plagada de simbolismos, la ópera prima de Behn Zeitlin se acerca a los miedos infantiles de la pequeña Hushpuppy, una niñita de 6 años que malvive, junto a su padre y sus vecinos, en una olvidada comunidad de una zona pantanosa cercana al Mississippi.


Behn Zeitlin, con su propuesta, retrata la extrema miseria, al tiempo que esboza una especie de fallido canto ecológico cuando, debido al deshielo de los polos y a una espectacular tormenta, la comunidad en la que vive Hushpuppy se convierte en un vertedero infernal en donde la enfermedad, la muerte y la suciedad son sus más visibles protagonistas.

La idea es buena. Como decía Mario Benedetti, siempre es bueno recordar que el Sur también existe. Igual que también es necesario tomar conciencia del mal trato y peor uso que la Humanidad hace de nuestro Planeta. El problema es que, para ello, su realizador ha optado por narrar la historia a través de segundas lecturas y metáforas que se me antojan de lo más indigesto y ridículas, tal y como sucede con esas gigantescas fieras (las bestias a las que hace referencia el título) que simbolizan los fantasmas y temores de la pequeña Hushpuppy; unas fieras que, por otra parte, me recuerdan a las criaturas peludas de Donde Viven los Monstruos, otro film de infausta memoria.


Y, por si no hubiera suficiente con tal montón de forzadas gafapastadas, el tal Zeitlin ha contratado a un director de fotografía tocado por la enfermedad de Parkinson quien, cámara en mano y sin ton ni son, sigue las desventuras y elocubraciones de la niña protagonista, entre basuras y barro, mediante un sinfín de vaivenes tremulosos ciertamente molestos. De juzgado de guardia.

Si algo positivo tiene esta cosa (y es que ya ni me atrevo a llamarla película), es la maravillosa interpretación de Quvenzhané Wallis, una niña de color que, a su cortísima edad, ha conseguido un trabajo tan compacto que, merecidamente, le ha llevado a competir por el Oscar con mujeres de la talla de Emmanuelle Riva o Naomi Watts.


Un consejo: si piensan acercarse a estas Bestias del Sur Salvaje, no se olviden las biodraminas en casa. Los arrebatados movimientos de cámara se les podrían indigestar.

6 comentarios:

El Señor Lechero dijo...

¿Habrá efecto "Ana Paqui" y le darán el óscar en detrimento de la Riva o de Minkanta?

Spaulding dijo...

¡Tutatis no lo quiera!

caligula dijo...

¿quién es Minkanta?

El Señor Lechero dijo...

La Watts después de pasar por la publicidad del Corte Inglés.

caligula dijo...

aaahhh... gracias por la aclaración, don leches.

Unknown dijo...

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