Hay películas que, cada año y de forma incomprensible, se cuelan en la terna final de las nominadas al Oscar. Bestias del Sur Salvaje es un buen ejemplo de ello. Disfrazada de alegoría poética y plagada de simbolismos, la ópera prima de Behn Zeitlin se acerca a los miedos infantiles de la pequeña Hushpuppy, una niñita de 6 años que malvive, junto a su padre y sus vecinos, en una olvidada comunidad de una zona pantanosa cercana al Mississippi.
Behn Zeitlin, con su propuesta, retrata la
extrema miseria, al tiempo que esboza una especie de fallido canto ecológico
cuando, debido al deshielo de los polos y a una espectacular tormenta, la comunidad en la que vive Hushpuppy se convierte en un vertedero infernal en donde la enfermedad, la
muerte y la suciedad son sus más visibles protagonistas.
La idea es buena. Como decía Mario Benedetti, siempre
es bueno recordar que el Sur también existe. Igual que también es necesario
tomar conciencia del mal trato y peor uso que la Humanidad hace de nuestro
Planeta. El problema es que, para ello, su realizador ha optado por narrar la historia a
través de segundas lecturas y metáforas que se me antojan de lo más indigesto y
ridículas, tal y como sucede con esas gigantescas fieras (las bestias a las que hace referencia el título) que simbolizan los fantasmas y temores de la pequeña
Hushpuppy; unas fieras que, por otra parte, me recuerdan a las criaturas
peludas de Donde Viven los Monstruos, otro film de infausta memoria.
Y, por si no hubiera suficiente con tal montón de forzadas
gafapastadas, el tal Zeitlin ha contratado a un director de fotografía tocado
por la enfermedad de Parkinson quien, cámara en mano y sin ton ni son, sigue las
desventuras y elocubraciones de la niña protagonista, entre basuras y barro, mediante un
sinfín de vaivenes tremulosos ciertamente molestos. De juzgado de
guardia.
Si algo positivo tiene esta cosa (y es que ya ni me
atrevo a llamarla película), es la maravillosa interpretación de Quvenzhané
Wallis, una niña de color que, a su cortísima edad, ha conseguido un trabajo
tan compacto que, merecidamente, le ha llevado a competir por el Oscar con mujeres de
la talla de Emmanuelle Riva o Naomi Watts.
Un consejo: si piensan acercarse a estas Bestias del
Sur Salvaje, no se olviden las biodraminas en casa. Los arrebatados movimientos
de cámara se les podrían indigestar.
6 comentarios:
¿Habrá efecto "Ana Paqui" y le darán el óscar en detrimento de la Riva o de Minkanta?
¡Tutatis no lo quiera!
¿quién es Minkanta?
La Watts después de pasar por la publicidad del Corte Inglés.
aaahhh... gracias por la aclaración, don leches.
Grandisimo post y grandisimo blog. Yo estoy comenzando uno de cine tambien, y me gustaria dejar aqui la dirección para que me deis vuestra opinion: http://lemanoir-dudiable.blogspot.com/
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