19.2.13

Un cuento de la España cañí


La Blancanieves de Pablo Berger es una pequeña joya; una fantasía en forma de pesadilla casposa en donde el popular cuento de los hermanos Grimm se traslada a la España de los años 20, concretamente al sur de la península: una España cañí, en donde toreros y folclóricas deambulan entre una iconografía tan rancia como perfectamente reconocible.


Carmencita es la Blancanieves del film, hija del famoso torero Antonio Villalba y de la popular tonadillera Carmen de Triana; una joven cuyo día de nacimiento se vio marcado por la fatalidad: el padre quedó inválido debido una cornada recibida durante una corrida y la madre murió tras el parto. Criada en sus primeros años por su abuela, la fatalidad entró de nuevo en su vida, pues pasaría a depender de Encarna, la nueva esposa de su padre impedido; una madrastra de armas tomar.


Con tal premisa, llena de detalles que bien nos pueden recordar a ciertos aspectos cutrones de esa España  de charanga y pandereta que pregonaba Machado, Pablo Berger se adentra en un culebrón tan delirante como surrealista y emotivo al que el blanco y negro de su fotografía le sienta de maravilla y que, con su formato de silent movie, aún se potencia mucho más ese aspecto arcaico y trasnochado que imprime tanto a su historia como a la ambientación y a sus personajes, valiéndose al mismo tiempo de esa expresiva y magistral banda sonora compuesta por Alfonso de Vilallonga.


Su ritmo, deudor de un magnífico montaje, es trepidante. Siempre va al grano. Su guión es una pura delicia, mostrándose capaz de sacarle punta y resaltar el detalle preciso en el momento oportuno. No hay nada que se le escape al objetivo de Berger: ni esa sonrisa perversa de una imponente y guapísima Maribel Verdú en la piel de la malvada madrastra, ni el brillo de los ojos de padre e hija durante sus encuentros furtivos.


Seis enanitos no muy duchos en matemáticas, manzanas envenenadas, sirvientes ponzoñosos, bosques en medio de la neblina… Todos los ingredientes del cuento de los Grimm pasados por el colador y teñidos, de forma freaki y divertida, de ese españolismo enfermizo y cutrón que algunos quieren seguir inculcándonos. Y los Goya (10 en total) que, con razón, se enamoraron de esta Blancanieves. No es para menos.

5 comentarios:

caligula dijo...

Enterrando a... una tal Pat Derby, que no es que fuera actriz ni directora ni guionista, pero fue la entrenadora de los perros de Lassie y del delfín Flipper.

http://www.elmundo.es/elmundo/2013/02/20/television/1361360506.html

Al hilo de esto, y siguiendo su estela, el anterior entrenador de Flipper hizo hará un par de años o tres un documental sobre matanzas de delfines en Japón titulado The Cove que estaba francamente bien, donde a veces tenía el planteamiento de una película de robos sofisticados, con un final apoteósico. Así que, aprovecho y se lo recomiendo, la mar de ameno, de interesante y de curioso. Me pareció genial

Respecto a Blancanieves... pues no la he visto, a pesar de mi más que adorada Maribel Verdú (la manía que la tenía cuando ella era más jovencita y lo que me gusta ahora, que cada vez la veo mejor actriz, en mejores películas y mucho más guapa), porque no logré convencer o engañar a nadie que me acompañara.

El Señor Lechero dijo...

La pelicula tiene buena pinta -a pesar de las acusaciones de maltrato animal- pero después de "The Artist" su efecto se ha diluido un poco.

Spaulding dijo...

Les recomiendo Blancanieves efusivamente. Pasen de esas falsas acusaciones de maltrato animal. Ganas de tocar las narices, sencillamente.

En cuanto a The Cove, don caligula, ya la ví en su día y me pareció un documental espléndido. Por cierto: fue la ganadora del Oscar a mejor documental hará un par o tres de años.

Crítico Maldito dijo...

La crítica que hice de esa película, The Cove, ha sido una de las que más satisfacciones me han dado. Me han escrito varios lectores que fueron a ver la peli una vez que leyeron la crítica y que se concienciaron en su lucha activa contra los delfines en los zoológicos españoles...

carnet manipulador de alimentos dijo...

Estampas curiosas, una mirada diferente, un final desolador.... Hay buen material y hermoso cine en las imágenes de 'Blancanieves' que nos trae Pablo Berger. Aunque no sé si el hecho de que se haya llevado diez Premios Goya en la última edición dice mucho de nuestro cine. Un saludo!!!