28.2.13

Madre no hay más que una y yo la encontré en una cabaña del bosque



Con Mamá, Guillermo del Toro vuelve a apadrinar a un director, en este caso Andy Muschietti, en su primer largometraje. Basada en el cortometraje que, con idéntico título, realizará el realizador debutante en el 2008, nos proponen una nueva historia de terror gótico que bebe directamente del cine de fantasmas japonés. Un buen look visual al servicio de un producto con poquísima personalidad.

Mamá nos presenta la tensa experiencia que vivirá una pareja (él, pintor de cuadros; ella, rockera de tres al cuarto) cuando deciden adoptar a las dos sobrinas de él tras la desaparición de su hermano y la muerte de su cuñada. Lo que ignoran es que las dos niñas, que han pasado cinco años en cautiverio en una aislada cabaña del bosque, llegarán a su domicilio en estado salvaje y acompañadas de una madre muy particular en forma de espectro letal.


En el arranque de la cinta se encuentra su parte más brillante y atractiva. Filmado con ritmo y mucho nervio, Muschietti logra un epílogo cautivador, misterioso y fantasmagórico. Después, con la aparición del tío (el mismo e inexpresivo Nikolaj Coster-Waldau que innecesariamente también da vida al padre biológico de las pequeñas) y de su compañera (una poco creíble Jessica Chastain que últimamente aparece hasta en la sopa), la cosa empieza a perder fuelle. Los sustos se hacen cada vez más previsibles y sólo se aguanta por algún que otro momento aislado (ese magnífico e inquietante plano fijo con Chastain en un pasillo, justo lado de la habitación en donde la más pequeña de las hermanas juega con el fantasma de su “mamá”) y, ante todo, por el buen dominio de sus efectos digitales y sonoros.


Muy poca chicha para su cuidadísima escenografía. Los personajes aparecen y desaparecen de escena como el Guadiana. El guión es como un gigantesco queso gruyere, lleno de agujeros negros y extensas lagunas. Todo sucede porque sí. Por muy fantástico que pretenda ser, no hay una mínima explicación sobre los hechos que suceden en pantalla, a excepción de un flash-back (bastante desastroso, por cierto) que revela lo sucedido en el pasado con la figura de la madre espectral y que, en parte, tendrá mucho que ver con el final propuesto por Muschietti.


En definitiva, Mamá se queda en un film vacío, exento de emoción pero que, por su cuidada realización y su buen manejo de todo lo que hace referencia a su apartado más técnico, demuestra maneras en su realizador. Quizás, en un futuro, Muschietti y su hermana Barbara (co-guionista y co-productora), sean unos valores a tener en cuenta. Por ahora, esto es lo que hay: muy poquita cosa.

4 comentarios:

El Señor Lechero dijo...

Ejerciendo de micer Caligae: han cascado Pepe Sancho y Tony Ronald (que dio su voz a algunas bandas sonoras).

Spaulding dijo...

Pobretes. Descansen en paz.

caligula dijo...

pues sí, lo mío ha sido dejadez de funciones...

Por cierto, don Spa: en la peli de marras, toda la razón lleva usted, no le quito ni una coma. Peli de sustitos ridículos, sin chicha ni limoná, y con cosas que no son coherentes... como que la novia protagonista, rockera que lleva poco con el tío de las crías y que no le gustan los niños, decide en un abrir y cerrar los ojos volverse ama de casa porque sí.

pocas cosilla del argumento se salvan, y casi todas referidas a la niña pequeña.

manipulador de alimentos dijo...

Una película esta 'La Cabaña del Bosque' tan desprovista de encanto y gracia que ni sus escasos momentos de humor e 'intriga' me dejan un recuerdo agradable. Un revoltijo de ideas: los realitys, las viejas películas de amigos en el bosque, no sé, será cosa mía. ¿Qué fue de 'La matanza de Texas'? Esa sí que era de humor y miedos :) Un saludo