17.10.17

SITGES 2017: Jornada 1 (de mujeres enamoradas de un pez, familias acosadas por sectas y émulos de Star Wars y similares)

El pasado sábado finalizaba la 50ª edición del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Sitges; una edición marcada, ante todo, por la presencia de rostros famosos y actos de todo tipo aunque, en parte, tocada por una de las programaciones cinematográficas más irregulares de los últimos años.


Antes de pasar a hablar de las películas que he podido visionar durante los diez días que duró el certamen, les dejo un link con el palmarés de este año.

Doy un salto al pasado y viajo hasta el jueves 5 de octubre, la jornada inaugural; una jornada que abrió con La Forma del Agua, el nuevo film de un Guillermo del Toro que, en esta ocasión, también apadrinó el Festival de este año. Su cinta, protagonizada por unos espléndidos Sally Hawkins, Richard Jenkins y Michael Shannon, está ambientada en la Norteamérica de los años 60, en plena guerra fría, y nos acerca a la historia de amor que nace entre una joven muda, empleada como mujer de la limpieza en un laboratorio militar, con un hombre pez fruto de un experimento científico. Una nueva vuelta de tuerca al mito de la bella y la bestia, en la que del Toro, a través de un despliegue visual tan atractivo como muy personal (fiel a su cine de siempre), se embarca en un producto melodramático y fantasioso que, por momentos, roza la comedia aunque, en el fondo, apuesta por una imparable tragedia cargada de tintes poéticos. Algunos altibajos en su narración no suponen impedimento alguno para que esta fábula se haya convertido en uno de los títulos más recordados y (a pesar de sus irregularidades) más loados del certamen, empezando por la exquisita banda sonora compuesta por Alexandre Desplat. Atención, ante todo, a sus magnéticos (e inundados) títulos de crédito iniciales.


A continuación, tuvimos que sufrir una serie B (tirando a Z) que llevaba por título Jackals, una especie de Perros de Paja en plan patético y en formato familiar: o sea, una familia en el interior de una cabaña solitaria en el bosque y acosada por una secta sanguinaria que, con sus embates, pretende recuperar a uno de sus hijos al que habían secuestrado con anterioridad. Ridícula, pésimamente planificada (y montada) y con un plantel de actores totalmente desmelenados, de entre los que destacaría a una envejecidísima Deborah Kara Unger en el rol de la madre sufridora. Dirigida por Kevin Greutert, la cosa quiere asustar y no asusta y pretende epatar con su supuesta línea gore y en realidad te deja indiferente. Hacía tiempo que no me enfrentaba a un título cargado de tantos personajes sin entidad alguna. Mejor corramos un tupido velo.


La jornada la terminé con Science Fiction Volume One: The Osiris Child, un entretenido film de ciencia ficción muy deudor del cine de los 80 que, dirigido con cierto brío por Shane Abbess, pretende abrir (tal y como su título indica) una nueva serie cinematográfica. Un poco de todo, aunque un tanto sin pies ni cabeza, al servicio de una historia en la que pilla un mucho de Star Wars, otro poco del ritmo de los Indiana Jones y otro tanto del sinfín de películas nacidas al amparo de la saga galáctica de George Lucas. Planetas interestelares, una niña con ganas de reencontrarse con su padre militar, evasiones de cárceles futuristas, monstruos gigantescos e imperios malignos con poco aprecio por la población; todo ello filmado con mucho fuerza aunque con muy poca chicha argumental. Más de los mismo, lo que hace que al salir del cine, uno olvide a los pocos minutos todo cuanto acaba de ver.


En el próximo post, más sobre el 50 aniversario del Festival de Sitges; un Festival que, por cierto, ayer noche, tras la detención de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, se posicionó y colgó un tweet sobre el tema. Chapeau.
¿Mandan a prisión a gente pacífica que organiza manifestaciones pacíficas? ¡Pensábamos que el Festival había terminado ayer!

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