En la cartelera barcelonesa aún se mantienen un par
de documentales espléndidos, de narrativa diferente y con algunos paralelismos
en su estilo y estructura.
El primero de ellos es el oscarizado Searching For Sugar Man, un acercamiento a la figura de Sixto Rodríguez (artísticamente más
conocido como Rodríguez, a secas), un cantante que fue descubierto en un
pequeño club de Detroit por un par de cazatalentos en los años 60. Tras grabar
un primer y espléndido álbum, sin ningún tipo de repercusión en EE.UU., el
músico gozó de cierta fama en la Sudáfrica del Apartheid aunque, tras la
grabación de un segundo disco, desapareció del mapa. Incluso llegó a asegurarse
la teoría de que el artista se suicidó en directo durante uno de sus
conciertos.
La cinta, dirigida por Malik Bendjelloul, está planteada
como si se tratara de un thriller, una película de intriga. Con la ayuda de varios
personajes que en su día investigaron la posible muerte del cantante, sigue la
pista del intérprete desaparecido. Para ello se ayuda de varios giros
sorprendentes de guión, al tiempo que encandila al espectador con las
composiciones de éste. Comparado por algunos (y con cierta razón) con la
grandeza musical de Bob Dylan, la cinta mantiene al patio de butacas con la incógnita
de saber toda la verdad sobre Rodríguez. Va tras sus pasos y, poco a poco, abre puertas para conocer más sobre el personaje.
Juega con las emociones y el misterio, al tiempo que
reivindica a un músico que, laureado y querido sólo en Sudáfrica, fue
ninguneado en el resto del mundo. Un documento único, diferente y totalmente
magnético. Tras su visionado, me entraron ganas de hacerme con los dos únicos
álbumes de Rodríguez.
El otro documental al que hacía referencia al principio
de este post es El Impostor, un espléndido trabajo que, al igual que Searching
For Sugar Man, se ampara en la narrativa del thriller para contar la historia
de un engaño mayúsculo.
El Impostor arranca con la desaparición de un niño
de 13 años del seno de una familia del Medio Oeste americano; un chico que,
cuatro años después, apareció en un centro de acogida del sur de España. Una
vez avisada la familia, estos aceptarán de nuevo en su hogar al hijo perdido, a
pesar de que se trata de una persona totalmente distinto: un joven francés,
casi 10 años mayor que su pequeño y dispuesto a usurpar la personalidad del
desaparecido.
Un film sorprendente y alucinante pues, tratándose
de un caso verídico narrado por sus propios protagonistas, traza situaciones de
un surrealismo brutal. Su director, Bart Layton, se acerca de frente y sin
tapujos a la encrucijada planteada. Suscita dudas en el espectador, tanto por
las intenciones de la familia como por las del joven farsante, y se acerca a la
trama a través de un espléndido dominio del suspense. ¿Qué pretende la familia dando
por válida la llegada a su hogar de un embustero? ¿Qué será del impostor si este acaba
siendo descubierto?
Dos documentales modélicos e intrigantes que no hay
que dejar escapar. Y es que, en muchas ocasiones, la realidad supera a la
ficción.
6 comentarios:
Por si le interesa y ya que le pilla cerca:
http://www.lavanguardia.com/musica/20130517/54374165030/sixto-rodriguez-cancela-actuacion-primavera-sound.html
Tiene concierto el 8 de Julio en su ciudad, don Spa
Pues no estaría nada mal darle un vistazo, sí señor.
Apunte, don Spa: Esther Williams... sí, seguía viva y ha muerto hoy.
Siga tomando nota: Elias Querejeta... una sorpresa, no sabía yo que era tan mayor.
En mi modesta opinión como fan de docus musicales y no musicales, Sugar Man me decepcionó bastante. La historia está bien, sobre todo el protagonista se gana el respeto y admiración del público, pero poco más. Además, alguna parte me parece de licencia narrativa, por ponerlo suave (compararlo con Dylan, que fuera tan desconocido cuando hizo giras con Midnight Oil en los 80, que no eran los Beatles pero algo conocidos sí eran).
El segundo, en calidad de documental, me pareció bastante más interesante, que juega más con el espectador y sorprende más (aunque, seguramente, porque tiene más sustancia para ello).
Creo que hay montones de documentales (musicales y no musicales) bastante mejores o sorprendentes. Y me da un poco de vergüenza ajena que ahora el tío se líe a hacer giras mundiales y llenar escenarios (no por él, sino porque ni Dios lo conocía hace unos meses).
Seguramente el año que viene ya nadie se acordará de él.
gracias
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