8.1.13

El sexto sentido


Siguiendo los pasos de la interesante Los Mundos de Coraline, llega ahora El Alucinante Mundo de Norman, una nueva cinta de animación stop-motion que, más dirigida al público adulto que al infantil, significa un inmenso homenaje al cine fantástico (y a la serie B) en toda su extensión. Cadáveres purulentos, fantasmas parlanchines, brujas amargadas y zombis milenarios se aúnan para dar vida a un producto compacto que, a través del humor y también de la acidez, es capaz de sacarnos a flote aquel niño que todos llevamos en nuestro interior.

La cinta, dirigida al alimón por Chris Butler y Sam Fell, tiene como protagonista principal al joven Norman Babcock, un muchacho que, al igual que el pequeño Haley Joel Osment de El Sexto Sentido, posee la facultad de ver y hablar con los muertos; un poder que, ante los ojos de sus compañeros de escuela y de su propia familia, le han convertido en un friki de alto voltaje. Pronto, su paranormal talento, se convertirá en el principal aliado para conseguir acabar con una antigua maldición que, lanzada por una bruja, ha castigado a su pueblo. Las brujas de Salem tienen un mucho de culpa en toda la historia.


La locura está servida. Los guiños cinéfilos no sólo se acercan al género fantástico, sino que incluso van más allá: la locura colectiva de tan bien retrataba Arthur Penn en la magnífica La Jauría Humana vuelve a repetirse, ahora en forma de masa humana reclamando el cuello de seis zombis e incluso el del joven Norman. La bestialidad del ser humano tomando forma en un film de animación y llenando de violencia las calles de una pequeña villa con un pasado en forma de LetraEscarlata. Sencillamente sorprendente e ingenioso.


Con la imaginación que destila El Alucinante Mundo de Norman (innecesario título español para el más apropiado ParaNorman de su original), no era necesario recurrir a ese truco de feria barata del 3D para atraer a más espectadores. Y más cuando, como ocurre en este caso, no es ningún sistema tridimensional aparatoso ni deslumbrante. Hay más que suficiente con la ingeniosidad de su guión, la brillantez de su puesta en escena y la perfección de su stop-motion para disfrutar de lo lindo con la propuesta. Toda una gozada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gran sorpresa me lleve con esta cinta, incluso unos pequeños sustos a lo largo del metraje, el personaje de Norman simplemente encantador y el de su amigo gordito (no recuerdo su nombre) simpatico sin ser castrante, y esos guiños bien introducidos y simpaticos.

Entre esta y Ralph cubrieron la decepcion que me lleve con Pixar.