17.12.12

Apatrullando la ciudad


Hasta ahora, el found fotage (cámara en mano, simulando una filmación real) era un estilo que parecía haberse impuesto, casi en exclusiva, en el cine de terror desde que (la sobrevalorada) El Proyecto de la Bruja de Blair lo pusiera de moda a finales de los años 90. Con Sin Tregua, David Ayer adopta el método para el género policíaco y urde un producto confuso a medio camino entre el reality show (muy en la línea de los programas televisivos made in USA siguiendo los casos de un coche patrulla) y los vídeo-juegos (sus numerosas escenas de acción, en donde una cámara subjetiva muestra las manos y el arma de un personaje avanzando y disparando por laberínticas situaciones).


La historia transcurre en las calles de Los Ángeles y sus protagonistas son una pareja de policías uniformados que, desde su coche patrulla, han de enfrentarse a todo tipo de delitos y, en concreto, a una peligrosísima y feroz banda de hispanoamericanos. La excusa para que su mínimo argumento se acerque a las constantes de un reality show estriba en que uno de ellos (el personaje interpretado por un histriónico Jake Gyllenhaal) pretende hacer un trabajo experimental en el campo de la imagen y el cine. Una excusa muy poco creíble para poner en práctica un estilo al que, a los pocos minutos, su director deja de serle fiel: planos aéreos, secuencias filmadas por cámaras distintas y un sinfín de tomas imposibles se encargan de desligar sus intenciones. En realidad, lo único que hace David Ayer es agitar desesperadamente la cámara y marear a un espectador cansado de tanta falsedad.

Un film vacío, previsible, ultraviolento y sospechosamente racista, en donde, para suavizar un tanto su discurso segregacionista y contando con la presencia de un cargante Michael Peña, hace que uno de los dos patrulleros se trate de un joven de ascendencia mejicana. El facha de Torrente se habría sentido como pez en el agua entre el par de policías protagonistas.


Caca de la vaca. Tiren de la cadena y olviden semejante fantochada. Cuesta pensar que su director sea el mismo de la interesante Dueños de la Calle.

4 comentarios:

Sebastià dijo...

Señor Spaulding, hoy he soñado que comentabamos la lista con las mejores y peores películas del año; coincidiamos en la mejor y peor cinta: Holy Motors.

Spaulding dijo...

Sebastià, no va usted nada desencaminado...

Crítico Maldito dijo...

Yo quiero aprovechar, con su permiso amigo Spaulding, maestro y amigo, sí, las dos cosas, este espacio para felicitarles a todos ustedes las fiestas y que el 2013 nos traiga bonitos libros y bellas películas... Y mucho amor...

Maximiliano Pérez dijo...

Una película exploitation muscular y enloquecedora, embellecida por el estilo de cine de autor y sostenida en unas sólidas interpretaciones