17.9.12

El árbol de la vida

Con Prometheus, Ridley Scott regresa al universo de su criatura más querida, Alien. Y lo hace de manera decepcionante, sin garra y a través de un guión endeble, lleno de agujeros (oscuros) e incapaz de atrapar al espectador en una historia que me parece excesivamente forzada. La intención, de todos modos, es dar una explicación (no muy convincente) de los hechos acaecidos antes de que la nave Nostromo llegara al conflictivo planeta.

Es innegable que las escenas que conforman su apertura son de una solidez visual indescriptible. Una entrada que, al contrario que sus resultados finales, promete un film compacto e impactante. En definitiva, su deslumbrante inicio no es más que un espejismo que bebe directamente del 2001 de Kubrick. Y, a partir de ese sugestivo prólogo, la cinta (alargada hasta los 125 minutos de duración) va de mal en peor.

La nave Prometheus lleva a bordo una expedición que, encabezada por un par de científicos, parte en busca de respuestas sobre el posible origen de la Humanidad. Entre sus tripulantes no podía faltar el consabido androide de turno, ni la (en teoría) inquietante jefa de la banda, una mujer contratada por el presidente de una corporación interesado en conocer el sentido de la vida.

La primera hora sucede, más o menos, de forma atractiva. Sin que ocurra nada relevante, Scott va creando atmósfera, al tiempo que presenta a sus personajes principales. A su manera, recrea de nuevo los góticos laberintos de la Nostromo, aunque de forma menos claustrofóbica y más luminosa. Cuatro citas metafísicas, demasiadas referencias religiosas y, ante todo, el dibujo de una tripulación crispada conforman el plato principal del menú. De hecho, no se sabe del todo porque hay tanta crispación entre los navegantes, lo cual ya supone un claro reflejo de que el guión empieza a hacer aguas.

Una vez llegados al planeta, la cinta cambia de estilo. La cosa empieza a tener más nervio. La artificiosidad se apodera definitivamente de la imagen y de la historia. Nunca logra el poder de asombro de Alien, por mucho golpe de efecto que utilice. Y es que, en definitiva, el invento no engancha de ninguna de las maneras. Todo cuanto sucede suena a falso, estereotipado, demasiado convencional. Y de golpe, cuando tendría que llegar una explosión final de suspense y tensión, Prometheus deriva hacia una serie B de lo más nefasto, en la que todo vale. La aparatosidad toma el relevo, olvidándose de un guión que ya resultaba muy poco coherente. La cuestión es seguir explotando al máximo una franquicia exprimida hasta la saciedad, al precio que sea.

La Noomi Rapace hace lo que puede: sin llegar a ser la Ripley de turno, salva su papeleta con dignidad y se alza en la protagonista de la mejor escena del film (con cesárea automatizada incluida). Charlize Theron, sin mucha convicción, ejerce de madrastra de Blancanieves, mientras que el todoterreno Michael Fassbender (últimamente se le encuentra hasta en la sopa) carga con cierta coña con el rol de un robot fascinado por el personaje principal de Lawrence de Arabia. Lástima que el suyo, en la desmedida recta final, caiga en el mayor de los ridículos.

Religión, vida eterna y alienígenas. Todo ensamblado mediante un guión con más orificios que un queso gruyere.

12 comentarios:

Crítico Maldito dijo...

Pues a mí me gustó

Spaulding dijo...

Pues vaya suerte, don Crítico

caligula dijo...

Pues yo apoyo a don Spa...

Crítico Maldito dijo...

Sí, en eso he salido ganando. Durante dos horas yo lo pasé bien, disfruté en el cine (a ver, sin tirar cohetes, bien es cierto). Fueron dos horas provechosas y en las que mi felicidad se vio recompensada. Mi estado normal de optmismo no se vio decepcionado. En fin...

Unknown dijo...

Buscava un blog amb crítiques sense ànims de quedar bé, ni criticar per criticar... m'ha agradat, si senyor.
En el meu potser no sóc tant sagnant, és molt més informal, però bé, és el meu punt de vista, única i exclusivament (fa mooolt poc que l'he obert en comparació amb el teu...).

Si hi vols fer una visita: www.vistoenelcine.blogspot.com.es

salut i cinema

El Señor Lechero dijo...

A mí se me hizo hasta corta, pero la cantidad de despropósitos contenidos en el guión vaticina que difícilmente me acercaré a otra cosa del Ridley Scott que no tenga un guionista de verdad.

Anónimo dijo...

Vaya critica mas ponzoñosa y envenenada, respiras envidia desde la primera palabra, que facil es criticar y que difícil es hacer my friend

Crítico Maldito dijo...

Qué valiente, eh amigo spa. Qué constructivo y valiente el amigo... anónimo...

Spaulding dijo...

Déjelo que suelte su rábia de este modo, don crítico. Es una vía de escape como otra para no convertirse en un serial killer.

lydon5 dijo...

¿que os pareció la segunda, la de los marines espaciales?
Nunca oigo hablar de ella y a mi me pareció un gran entretenimiento.

Spaulding dijo...

Lydon5: A mi, la segunda, el Aliens, la de los marines, me parece una más que estupenda película de acción. En orden de valoración personal, dentro de la saga iniciada con Alien, la pondría la segunda. Es tan acelerada que me encanta.

Pelotero dijo...

Está claro que no es una película redonda: el guión hace aguas, el comportamiento de los personajes, en su mayoría es discutible, una expedición de esas características desde el punto de vista científico, militar o lo que sea, hace de que los protagonistas desempeñaran un papel mucho más creíble.

Prometheus intenta ser un punto de partida de un universo más o menos complejo, más si se quiere dar un fundamento a Alien, al especímen en sí, y también intenta ser pretenciosa desde el punto de vista filosófico/existencial; intentar abordar pilares tan importantes sobre qué somos, de dónde venimos y preguntas de ese estilo me parece demasiado arriesgado si no se da una estructura narrativa acorde. Hasta esos límites ha querido llegar Scott en esta película. De todos modos cuestiones como El mito del Prometeo- de ahí Prometheus- a mí me gusta mucho y en la peli sí que le da un envoltorio que entretiene y da lugar a esas analogías de la mitlogía de los dioses contra los humanos, creaciones suyas, por el uso del fuego, la creación de la caja de Pandora donde se guardaba todo esos males creados por los humanos dejando la esperanza como único fin a su salvación. Scott coge ese mito y basa su argumento potencial y lo asemeja a su obra: unos “ingenieros” (dioses) que nos han creado y descubren temerosos, llegados al caso, en qué nos hemos convertido. A través de toda esta retahíla se encuentra detalles de ciencia-ficción maravillosas sobre genética, recombinación, mutaciones, cuestiones orgánicas y biológicas, sin entrar en detalles específicos del mismo y siendo benevolentes, y que puede que a más de uno le provoque divergencias, pero que dejan abierta a la imaginación qué nos ha querido enseñar el bueno de Ridley en esta ocasión.

A mí no me ha disgustado en absoluto.