
De Kung Fu a Kill Bill, pasando (en forma de huevo de serpiente) por una colaboración en un film del Ingmar Bergman. La suya ha sido una carrera frustrada y plagada de altibajos. Al menos, en una de sus postreras interpretaciones, la de El Gran Stan, supo reírse a sus anchas de sí mismo y, ante todo, de Kwai Chang Caine, el personaje televisivo que le marcó para siempre.
Descanse en paz. “La Novia” ya no tendrá que salir de caza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario